La madrugada del martes 9 de junio, en el día 82 de cuarentena en la argentina, la ciudad de El Trébol, – corazón del Departamento San Martín – descansaba con su habitual quietud.
Desde la llegada de la pandemia a la Argentina, la cuarentena en dicha ciudad tuvo sus matices. Altos acatamientos tras algunos arrestos de los que siempre transgreden las reglas y una profunda baja en la delincuencia, que para ser una metrópolis de 16 mil habitantes, era bastante alta hasta la irrupción del Covid 19.
Sin embargo, el amanecer del martes fue diferente a todos. Llamado y denuncias a la Comisaría IV dieron la señal de alarma: No sería un día normal.
En pocas horas la dependencia policial recibió al menos cuatro denuncias por robos e intentos de robo en domicilios de un mismo barrio.
El primero, de la Familia Bauducco, fue a la 1.30 hs. Uno o más bandidos se metieron por una ventana y accedieron a la cocina de la vivienda. Buscaban dinero y sólo se llevaron $ 500 de la dama mayor de edad que vive en el lugar. «Escuché ruidos y me asusté mucho, por suerte no entraron al dormitorio», señaló la moradora.
A 100 metros del lugar, la familia Viscovik fue el segundo blanco de los «hombres de la noche». «Entraron por un tapial, se metieron en el quincho y luego al garage. Al levantarme vi la camioneta con la puerta entreabierta. De allí se llevaron una caja de herramientas tubulares», señaló a este medio Danilo, el Jefe de Familia.
A pocas cuadras de allí, le tocó el turno a la familia Giorgis. Guillermo vive por calle Viena y tiene su taller de alineado y balanceado lindante con su casa. «A las 2 de la mañana rompieron el vidrio de la cocina y mi perro empezó a ladrar. Me levanté pero no ví a nadie. Se ve que se escaparon al escuchar el ruido. El mes pasado me entraron y se llevaron $ 10.000 en efectivo. Como la ventana había quedado abierta no quise hacer la denuncia porque era un error mío. Me arrepiento y mucho. Esta vez hice la denunc ia correspondiente», señaló Guillermo.
Unas cuadras más al sur, por calle Bianchi, la familia Mattalia durmió tranquila, pero al despertarse, se encontraron con la ventana de la cocina abierta y la faltante de una billetera con documentación y entre 3.000 y 4.000 pesos. «Fue el peor amanecer. No escuchamos nada. Ojalá que al menos lo encuentren porque fueron muchos robos en un día», señaló Victoria, esposa de Mario, que no habló porque estaba haciendo la denuncia.
Se presume que todos los delitos fueron cometidos entre la 1 y 30 y las 2 y 30 hs. de la madrugada.
Desde la Comisaría de la ciudad señalaron: «Estamos trabajando intensamente en el tema. Fueron muchos hechos y seguramente habrá pistas sueltas que podamos utilizar para esclarecer los hechos. Esperamos colaboración de la PDI. Tenemos algunas cosas que nos pueden llevar a desenmarañar el tema».
En total fueron Fueron hurtos y un destrozo contra la propiedad los registrados en la Dependencia Policial de El Trébol.