Cuando nos deja de acompañar el sentido común – Por Francisco Díaz de Azevedo

Por Francisco Díaz de Azevedo

Voy a empezar aclarando que me encanta que estén abiertos los supermercados, las zapaterías, las heladerías y las pilcherías. Que trabajen los albañiles, los talleres y los carpinteros.

Voy a empezar aclarando que estoy felíz de saber que las mercerías, las librerías y las regalerías abrieron sus puertas. Estoy contento, me pone contento, nos pone contentos.

Una vez aclarado esto, en un país en el que todo hay que aclararlo porque si no te tildan de golpista o grietista, tengo que decir lo que pienso.

Lo consulté conmigo varias horas, muchas más de las que piensan. Estuve a punto de desistir y de no escribir nada, pero me acordé de mi viejo y de lo que hubiera hecho.

Carlos, que no era ni radical ni peronista, ni de izquierda ni de derecha, fue el tipo con más sentido común que conocí en mi vida. No es porque sea mi padre, pero era así. Y él decía lo que pensaba. Eso me ayudó a despojarme de las dudas que tuve en estas horas.

El coronavirus y su pandemia es tan cambiante y dinámico como cada día que pasa. Lejos, muy lejos, quedó lo de “quédate en casa pase lo que pase”. Yo pregoné eso. Leí, me informé, me asusté, traté de no replicar y mucho menos de informar – que es de lo que trabajo – de manera errónea ni alarmante.

Pero pasaron los días, las semanas, los meses y las fases de la cuarentena y hoy, no logro salir de mi asombro en ciertas medidas que implementan los gobiernos de turno.

Y son dos los puntos en los que no concuerdo, no entiendo y suplico que se llamen al sentido común.

Primero: Liberen los paseos al aire libre o recreativos o como quieran llamarlos! Con personas que lo necesitan por salud y por bienestar mental. No es paseando al aire libre, con un barbijo y en solitario como te vas a contagiar!! Hay diabéticos, enfermos cardíacos y gente con problemas de encierro y depresiones que imperiosamente necesitan hacer una rutina a diario. Mente sana en cuerpo sano!!!  Por qué no poder salir a caminar sólo,  pero sí entrar de a 10 al supermercado? Una vez más claro, no tengo nada en contra de los supermercados, podría hacer dicho tiendas de zapatos o empresas metalúrgicas. Tengo algo en contra de los que deciden por mi libertad a poder hacer algo que no me va a afectar si lo hago bien. Es más, me va a ayudar a estar más sano y con más defensas!

Segundo: Y apelo al corazón de los que gobiernan invocando en nombre del amor. Dejen velar a los muertos en estas tierras sin coronavirus!!  O al menos acompañar al féretro al cementerio! La madre de una amiga mía hoy no sabe dónde está la tumba de su hija porque no le permitieron ir con ella al último descanso. Me dirán que hay un decreto y yo les diré que no tienen sentido común. Es la despedida de un ser querido!!!
Lógicamente, esto se podría hacer sabiendo que la persona fallecida no dejó de existir víctima del Covid 19, cosa totalmente comprobable. No poder velar a un ser amado  en una ciudad sin coronavirus,  dentro de un departamento sin coronavirus, que está inserto en una provincia que hace días no tiene casos positivos de coronavirus no es lo que se llama justamente gobernar con amor!!!

No soy un desestabilizador. Pero si querés creerlo no me importa. Pido sentido común. Pido sectorizar la cuarentena, fragmentarla. No ser tan verticalistas. Pido decisiones. No es lo mismo salir a caminar por la Villa 31 que por el paseo aeróbico de mi ciudad.

No es lo mismo ir a un velorio en La Matanza que en cualquier pueblo de este centro oeste santafesino.

No estoy pidiendo ir en contra de los decretos. Estoy pidiendo que se revean los que carecen de  sentido común.

Señores, el sentido común es lo último que debe perderse, y más, si los actos van seguidos de fundamentos lógicos e irrefutables. No quiero empezar a creer que dejé de vivir en “el país de la libertad”.