Jorge Díaz, conocido por todos nosotros como “Tero” vive en Miami desde el año 2000. Casado con Analía Alvarez desde 2008. Tiene dos hijas, Lena de 5 años y Valentina de 3.
La casa de los Díaz está en la ciudad de Hollywood, entre Fort Lauderdale y Miami Beach.
“Tero” trabaja en el Hospital Mont Sinaí de Miami Beach, uno de los nosocomios más grandes del Condado Miami Dade.
“Trabajo en el Mont Sinaí desde hace años en la parte de mantenimiento de aires acondicionados. Mi esposa trabaja en una tienda de Zara en un mal”, cuenta “Tero” en comunicación telefónica con El Trébol Digital, desde una sala del hospital en el que realiza su jornada laboral.
“Esto empezó en los primeros días de marzo. Llegaron casos de coronavirus con gente con dolores musculares, tos y jaquecas. Veíamos lo de Italia y España y acá hay muchos turistas que vienen de allí”, explicó “Tero” y agregó: “Hoy estamos con precauciones en el hospital, cubriéndonos la cara y el cuerpo, usamos lentes y mascarillas. Al principio estas medidas no se usaban por miedo a una psicosis pero ahora, poco a poco, viendo los contagios por el aire, se implementó. El virus se mantiene en lugares cerrados como los ascensores y los cuartos. Tengo compañeros de trabajo que se contagiaron en un elevador. Uno de 40 años está en terapia intensiva”.
ETD – Cómo está tu familia?
“Mi familia está bien. Analía trabaja en un gran mall – shopping – y desde el 6 de abril la tienda está cerrada y no está asistiendo. Están en casa como tiene que ser, con Lena y con Valentina. Ellas me esperan cada día cuando llego, la ropa se queda en el trabajo. Me baño al llegar, me desinfecto lo más que pueda y trato de tener todos los cuidados. Me preocupa mucho mi trabajo. El lunes pasado estuve a punto de renunciar porque no nos daban protección porque decían que la gente se asustaba. Me hablaron, me hicieron ver realidades de la gente que no tiene trabajo y acepté seguir. Tenemos que dar servicios”.
ETD – Cómo está el barrio hoy?
“No se ve gente en ningún lado. Los hoteles están cerrados, nadie se junta con nadie y los súper respetan los dos metros de distancia entre los clientes. Todos están haciendo lo que deben hacer. En Estados Unidos todos creían que era controlable. El Presidente de Argentina fue fuerte y decidido. Acá Trump no creyó que esto era tan serio”.