Cruzar el Paraná prácticamente caminando será recordado como un hecho inaudito a raíz de la pronunciada bajante que experimenta el río, con una altura de un metro. La baja máxima está prevista para el 21 de abril en 0,90 centímetros, teniendo en cuenta que la marca histórica se registró en 1989 con 0,75 centímetros. Desde Aguas Santafesinas (Assa) aseguraron que el suministro de agua potable está garantizado, pero el inconveniente pasa por el perjuicio económico ante la baja o nula actividad fluvial en las terminales portuarias.
Si bien el caudal venía registrando guarismos escasos, el descenso del caudal comenzó a notarse con fuerza en los últimos días, cuando las playas de la costa se ensancharon y las embarcaciones que suelen estar amarradas en espejos de agua, quedaron prácticamente estancadas en al arena.
«Estamos igualando la marca mínima de 2009, pero el pronóstico del Instituto Nacional del Agua (INA) estima una baja de 0,98 metro para el 14 de abril y un descenso de 0,90 metro para el 21 del mismo mes», indicó a La Capital el titular de Defensa Civil del municipio, Gonzalo Ratner, respecto a la bajante pronunciada que registra el río en la costa rosarina.
Por su parte, el gerente de Relaciones Institucionales de Aguas Santafesinas (Assa), Guillermo Lanfranco, le aseguró a La Capital que el suministro de agua potable «está garantizado», ya que la empresa prestadora del suministro «está captando el agua que necesita» para distribuir el servicio.
«Esto es día a día, es como un paciente con fiebre, pero tenemos la ventaja de que no estamos en verano y el consumo no es el mismo como ocurrió en la bajante de 2009, que teníamos temperaturas de 40 grados», explicó Lanfranco, para agregar que la situación se viene controlando desde el verano.
En tanto, y a la hora de establecer las causas que provocan tamaño descenso, desde Defensa Civil indicaron que se debe «básicamente a la escasez de lluvia en la cuenca del Paraná, sobre todo en el sur de Brasil, puesto que este ha sido un trimestre muy seco».
Asimismo, Ratner anticipó un otoño con muy pocas precipitaciones, lo cual entorpecerá la actividad fluvial en los puertos del Cordón industrial más allá del parate propio ocasionado por la pandemia del coronavirus. «Las operaciones son mucho más lentas porque los barcos de ultramar tienen que cargar menos mercadería y eso hace que la actividad económica descienda ante este panorama», evaluó.
Cabe recordar que la previsión prevista para el 21 de abril quedará a sólo 15 centímetros de la marca histórica registrada en 21 de octubre de 1989, con 75 centímetros a raíz del cierre de las represas en Brasil. «Estamos alejados de esa marca, pero no debemos dejar de tomar nota», señalaron desde Prefectura Naval, teniendo en cuenta que durante esta época el caudal suele registrar una marca de 3,76 metros.