Corría el año 2003, cuando la Comisión del Motor Club El Trébol que administraba el Circuito en épocas de CAM decidió llevar adelante una proeza para la infraestructura de la pista de kartings y motos de esta ciudad del Departamento San Martín.
Entre los integrantes estaban Roberto Gorosito, Oscar Garro, Jorge Caldo, Ricardo Culasso, Gaspar Aimar y otros. La comisión sentía la necesidad de explotar el circuito de manera nocturna con la organización de carreras sobre todo en la época estival, pero para ello estaba la difícil tarea de iluminar semejante predio.
El «Gordo» Ascorti le acercó a la comisión la novedad de que el club Colón de Santa Fe empezaba a remodelar su viejo estadio y tenía a la venta sus torres de iluminación del místico «El cementerio de los elefantes». Hasta Santa Fe viajaron Caldo, Garro, Gorosito y Culasso con la intención de entrevistarse con el presidente del «Sabalero» José Vignatti.
«Vignatti sólo me recibió a mi, no al resto. Era un tipo duro, supongo que lo sigue siendo porque aún vive. La reunión fue directa. Me preguntó cuanta plata teníamos y yo le dije que $ 3000 que era lo que habíamos recaudado el año anterior en un evento de autos antiguos. El me dijo que eso no alcanzaba pero me dio la idea de organizar un partido con un equipo de El Trébol y Colón y con lo recaudado pagar el resto de las luminarias y torres. Fue así que organizamos un cotejo entre las primeras divisiones de Colón y El Expreso y así logramos concretar el negocio. El Expreso también pudo hacerse de algunos artefactos», recordó Jorge Caldo en diálogo con este medio.
También había que trasladar las comunas desde la ciudad de Santa Fe a El Trébol, unos 200 kms. entre las dificultades de semejante empresa para la época.
Caldo recordó: «El operativo que montamos para trasladar las torres fue de locos. Era el año 2003, no había tantas facilidades. Tuvimos que contratar gente del barrio de atrás de Colón y transportar las dos torres en carromatos por la ruta. Hasta ahí fue nuestra gestión. Después vino otra gente que terminó verticalizando la primera torre que es la única erigida hasta el día de hoy en el circuito».
Mucha gente desconoce que la enorme torre de iluminación que está plantada en el medio del «San Pablo» fue testigo de cientos de partidos entre Colón y los más grandes del fútbol argentino y que viene de un estadio que es un mito en la capital de la provincia: «El cementerio de los elefantes». «Es un hecho anecdótico y de color saber que la torre que ilumina el «San Pablo» perteneció en realidad al «Cementerio de los elefantes» de Colón de Santa Fe», resaltó Caldo.
