El Salón de Usos Múltiples de zona sur, ubicado en calle San Juan 1023, atraviesa un gran presente, cumpliendo una función social importantísima para los vecinos del barrio y de otros puntos de la ciudad.
Desde el inicio de los talleres, siempre se brindó una merienda a los niños, que consistía de una porción de torta, un turrón o un alfajor, pero desde mitad de año en adelante, surgió una idea, de parte de los/las talleristas y de un grupo de mamás del barrio, de poder sumarle a la merienda una leche chocolatada.
“Esto surge a partir de la crisis económica y social que empieza a hacerse sentir, sobre todo en los barrios más humildes. La idea era, al menos, poder aportar un granito de arena en ese momento en que los niños y las niñas vienen a los talleres, brindando esa merienda para todos y todas”, manifestaron desde el equipo de trabajo que se desempeña en el Área de Juventud y Participación Ciudadana.
“Es así que se presenta un proyecto, donde se recalca la importancia de contener a niños y niñas. El SUM no es solamente un espacio donde los chicos vienen a aprender y expresarse, sino que también es un espacio de contención, en el que siempre estamos atentos y atentas a las demandas que van surgiendo y a la realidad que los atraviesa. Tras la presentación de ese proyecto, nos dieron el ‘ok’ y empezamos a gestionar la merienda para todos los talleres de niños y niñas”, agregaron.
“El equipo viene a darle la merienda, en conjunto con los talleristas, que siempre están predispuestos ante estas situaciones, muy amables y muy abiertos a incorporar esta propuesta a sus talleres”, puntualizaron.
Ropero solidario
Otra de las iniciativas que se desarrollan dentro del lugar y que sigue funcionando de gran manera, es el ropero comunitario.
Hace un par de semanas, se renovó la ropa, para tener para exponer y para que haya prendas de verano. Las familias se acercan a buscar lo que necesitan. La mayoría son familias del barrio del SUM.
También, en este último tiempo, se han acercado muchas personas a donar ropa y otras a hacer un trueque, trayendo prendas que ya no utilizan y llevándose lo que necesitan.
“La idea del ropero comunitario también es acompañar y ayudar a sobrellevar esta situación económica bastante difícil para las personas del barrio y de barrios cercanos al SUM”, remarcaron desde el lugar.
Biblioteca comunitaria
“La biblioteca también está funcionando muy bien, sobre todo con los niños y las niñas que se llevan libros de cuentos para leer y enciclopedias para hacer las tareas escolares”, comentaron los profesionales.
“Y las personas adultas vienen en busca de libros literarios para leer. Queremos invitar a todos y todas a venir, a mirar los libros que tenemos y llevárselos. La idea es que estos libros que nos han donado puedan circular para las personas que así lo requieran”, finalizaron.