«Enseguida supe que algo malo había pasado» dijo Belkis Biolatto, la mamá de Alejandra, el viernes último por la tarde cuando recibió a La Capital en su casa en San Jorge. «Nunca hubiera pensado otra cosa. Imaginé incluso que había levantado a alguien en la ruta y se lo dije a la policía», lanzó para luego comenzar un relato sobre cómo siguió su vida y la de Mateo, a quien crió luego de la desaparición de Alejandra.
Con entereza y serenidad la mujer, que en agosto cumplirá 82 años, contó que los días posteriores al entierro fueron muy duros. «Lo emocional lo sobrellevamos bastante bien. Cuando le conté lo ocurrido a Mateo inmediatamente me respondió ‘y bueno, me quedo con vos abuela’ y así fue».
«Desde lo de Alejandra hasta ese momento solo había sentido ganas de morir. Pero esas palabras me indicaron que tenía que seguir por él, que me necesitaba, que nos necesitábamos. Tenía que ponerme las pilas y vivir para él», dijo Belkis y recordó que, desde lo económico fueron meses muy difíciles. «Las compañeras de Alejandra nos acercaron mercadería para ayudarnos. También nos asistieron los vecinos. Recién nos acomodamos cuando Mateo empezó a cobrar su pensión», dijo la abuela.
Durante la entrevista, sólo en dos ocasiones se enrojecieron sus ojos. El diálogo, que pasó por sus orígenes en su amado San Martín de las Escobas y las penurias que le deparó la vida, fue siempre ameno, alegre y plagado de referencias cariñosas a sus tres nietos y dos bisnietas. Quizás la fortaleza se desprende de los aprendizajes del pasado despiadado que la obligaron a enfrentar la vida con dos hijas pequeñas después de que un accidente de tránsito ocurrido en Gálvez, le arrebató a su marido de 37 años. Años más tarde, casi dos antes de la muerte de Alejandra, falleció a los 45 años su hija mayor, Adriana, enferma de leucemia.
A Belkis se le iluminan los ojos cuando habla con orgullo de Mateo. Sentada cerca del calefactor se restrega las manos y luego señala un gorro que está sobre la mesa. «Yo lo hice hincha de River y el siempre me lo agradece. Es un muy buen chico, estudioso, tiene notas hermosas y ahora es escolta, en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús», dice y lamenta: «Pobre de mi cuando dentro de dos años tenga que ir a estudiar afuera. El es todo para mi. Pero bueno, tiene que seguir su camino y dice que quiere estudiar historia».
Sobre el día de la desaparición recuerda que a pesar de que sus vecinas trataban de alentarla y le daban esperanzas ella preveía un triste final para su hija. Un sentimiento que se fue acrecentando en los días posteriores. Fue ella quien esa tarde, cuando aún no habían transcurrido dos horas de la desaparición, llegó hasta la comisaría y ante el pedido del tiempo de 24 horas que indica el protocolo para iniciar la búsqueda le dijo al comisario en tono inquisitivo: «Esperar qué. Acá no hay que esperar nada. Empiecen a buscar ya mismo».
Con la misma decisión evito que Mateo viera televisión durante esos días aciagos. Fue ella quien le informó la noticia y quien, casi un año después, lo puso frente al televisor para que se entere cómo había sido todo y qué castigo le estableció el Estado al asesino de su madre.
Con el mismo tono afable que Belkis decidió imprimir a la entrevista la cerró agradeciendo a todos los que la ayudaron: «A familiares, amigos, vecinos y muy especialmente a las maestras y al pueblo de Cañada Rosquín, que siempre nos acompañó con mucho cariño».
Conmemoración
Hubo un antes y un después a partir del crimen de Alejandra Cugno. «Si bien veníamos de las experiencias de los ‘90 en la construcción de lo que luego se llamó Feminismo Popular, a partir de este hecho comenzamos a visibilizar en el departamento San Martín la violencia hacia las mujeres y su máxima expresión, los femicidios», dijo la articuladora territorial de la Subsecretaria de Políticas de Género, María José Zochi.
«Fue así que al poco tiempo, conformamos la primera organización feminista de la región, Las Juanas, actualmente Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá)», recordó.
La funcionaria adelantó que el próximo miércoles a las 16.30 esta organización llevará a cabo un acto en la plaza Vigone (frente a la Escuela Nº 268), de Cañada Rosquín, para recordar a Alejandra Cugno. La convocatoria se hará a través de los medios y las redes sociales bajo los hashtag #NoOlvidamos, #NiUnaMenos y #VivasYLibresNosQueremos.
Fuente: La Capital