El próximo domingo 24 de marzo, se conmemora un nuevo aniversario por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, a 43 años del último golpe cívico-militar de la Argentina.
Como en cada ocasión, la ciudad se suma al recuerdo para enaltecer la memoria colectiva, recordar a las 30 mil víctimas de ese proceso nefasto, bregar por la verdad e instar la justicia a través de los juicios a los genocidas y sus cómplices.
Por ello, en el monumento a la “Memoria”, a las 18hs, se llevará a cabo el acto correspondiente con la presencia de las autoridades locales, instituciones y público en general y luego, se dará paso a la inauguración de la muestra alusiva “Prensa y dictadura” en el Museo Municipal.
La muestra es una invitación a reflexionar sobre la política de instauración del silencio entre los años 1976 y 1983 y es organizada a partir de material documental alojado en el Museo de la Memoria y en la hemeroteca municipal de Rosario.
La misma, es presentada por la artista plástica Graciela Sacco, y aspira a exhibir algunos momentos y temas claves aparecidos en publicaciones periódicas y de alcance masivo de aquellos años.
Prensa y Dictadura convoca a repensar esta compleja relación a partir de cuatro ejes transversales: Vida cotidiana, la exaltación en la prensa de los valores occidentales y cristianos; el Mundial 1978, presentado como la gesta triunfalista de un país frente a los cuestionamientos de los organismos de Derechos Humanos; el nuevo panorama universitario devastado, mostrado como una conquista más del nuevo orden político y social; y la Guerra de Malvinas, utilizada como generadora de consensos a partir del ocultamiento de la verdad en los principales medios del país.
La última dictadura cívico-militar necesitó consolidar lo más rápido posible un discurso común que legitimara la usurpación del poder y el terrorismo de Estado como método de exterminio de la oposición. Esto se tradujo en la requisa e incineración de bibliotecas públicas y privadas, la confección de listas negras, la desaparición de escritores y periodistas, la expulsión de corresponsales extranjeros y el control de una poderosa maquinaria de legitimación de las acciones del gobierno militar gracias al apoyo de no pocas empresas periodísticas que acompañaron la justificación de su existencia.