El Padre Marcelo Blanche ya dejó la ciudad.
Tras una larga despedida con la gente y con las instituciones, el cura párroco de los últimos años, se alejó rumbo a un nuevo destino dejando un puñado enorme de amigos.
«La última noche me acosté pensando que el proceso iba llegando a su término. No dejo de tener tristezas y nostalgias pero son procesos y es lo que asumí», señaló a El Trébol Digital en sus últimas horas.
Ya rumbo al barrio de Yapeyú, en el norte de la ciudad de Santa Fe, Blanche dejó estos conceptos. «Es un barrio del cordón oeste con otra realidad muy distinta. Son los desafíos que uno vive cuando uno elige esta vocación. Tuve despedidas familiares, particulares e institucionales. El domingo vino el Padre Claudio y quise que esté junto a mí».
Marcelo se dio el gusto de inaugurar un nuevo torneo veraniego de la «Canchita del Cura» antes de marcharse. «Pude arrancar con el torneo. No pude estar presente en más noches por las lluvias pero por lo menos pude largar con el campeonato».
Y dijo: «Ya llegó el Padre Clausdio. Yo empaqué lo que me faltaba y ya parto. No derramé lágrimas pero sí emoción. Me contuve. La emoción interior está. El Trébol me deja una visión de una comunidad trabajadora, participativa y quiere a los sacerdotes. El Trébol quiere a la iglesia, la quiere ver bien y si el cura se brinda lo ayudará de todas maneras».
ETD – Lo volveremos a ver?
«Volveré. Siempre vuelvo a los lugares por los que paso. Tengo que acomodarme primero en mi nuevo lugar pero no faltará oportunidad de volver a cruzarnos en la vida».