A principios del mes de abril de este año, los empleados municipales, a través de su gremio FESTRAM, acordaron con los representantes de Municipios y Comunas la paritaria 2018. Aquel convenio fue fijado en un 18%, a pagarse el 10% en marzo y el 8% restante en agosto, sujeto a la clausula gatillo, dependiendo de la inflación, publicada por el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (IPEC) de la provincia de Santa Fe.
Las proyecciones inflacionarias estipuladas por el Gobierno, cercanas al 15%, superaron ampliamente ese margen y la realidad aplastó la economía y el bolsillo de los trabajadores.
Más allá de la dura y crítica situación, los ajustes acordados posibilitaron que los empleados municipales pudieran mantener el equilibrio y no pierdan en gran medida el poder adquisitivo ante la avanzada de precios.
En El Trébol, el Gobierno municipal de Fernando Almada ha acompañado las resoluciones y abonado cada clausula en tiempo y forma y los sueldos, como es costumbre hace ya más de una década, el último día hábil del mes. Es decir, antes de lo que la ley establece.
Esto no es casualidad, es una decisión política, que se sostiene en el tiempo y que está acompañada por el equilibrio del municipio, por el orden económico, la responsabilidad de la administración y la proyección seria que año a año se realiza.
En lo que va del 2018, según el IPEC el índice de inflación es del 33.6% hasta octubre del 2018 con base en diciembre del 2017.
Desde el mes de julio, según las paritarias, comenzó a activarse la clausula gatillo y por ende, mes a mes, el Ejecutivo fue ajustando los sueldos proporcionalmente: En julio un 4.1%, agosto 4%, septiembre 4,7% y octubre será del 7,9%, en relación al mes base de febrero de 2018.
Hay un compromiso asumido y una responsabilidad que se sostiene. Tal vez por la constancia, la responsabilidad y la credibilidad ganada en esta ciudad, se crea que esto sucede en todos los municipios y comunas de Santa Fe. Pero no lo es. El Trébol es uno de los pocos Municipios que se encuentra al día con los sueldos, pagos de proveedores, continuación de obras, inversión cultural y social, etc.
No hay casualidades. Hay responsabilidad, capacidad y gobernabilidad. Hay un firme acompañamiento al personal municipal y hacia la economía local.