Habló Pedro Aguilera, uno de los fundadores del Agua Potable

Pedro Aguilera fue uno de los socios fundadores y brindó un brillante testimonio recordando la historia de la institución y su paso por el Consejo de Administración.

“Cuando yo me vine a trabajar a El Trébol en el año 77, el presidente comunal era ‘Coco’ Salamano. Ese mismo año, él llama a una reunión de vecinos, fundamentalmente profesionales de la salud. Yo hacía un par de meses que estaba en El Trébol y tenía 25 años. Asistí a esa reunión y ahí se conformó una Comisión provisoria. Luego, el 17 de octubre de 1978, se llevó a cabo la primera Asamblea Constitutiva. Hasta ese momento era una Cooperativa en formación y desde ese 17 de octubre pasó a ser Cooperativa de Provisión de Agua Potable y otros Servicios Públicos de El Trébol. El presidente era Don Mario De Lorenzi y yo secretario”, comenzó manifestando “Piri”.

“De los que más me acuerdo y que trabajaron muchísimo, muchos de ellos hoy ya no están, pero eran Don Mario De Lorenzi, Oreste Mancini, Don Martín Recalde, ‘Chacho’ Romero, a quien todavía lo tenemos, Constante Depretris, el Dr. Yolando Spila, que era bioquímico y tesorero de la Cooperativa, Don Carlos Díaz de Azevedo, ‘Chocho’ Doria, ‘Ike’ Bossio. Después, más jóvenes, Jorge Moretti, Claudio Tavella, Ricardo Allegranza. Quizás hay un montón de los que me estoy olvidando. No quiero dejar pasar a Ricardo Tuninetti, quien era contador de la Cooperativa y hoy todavía continúa como asesor contable y el asesor jurídico era ‘Cacho’ De Lorenzi”, dijo acordándose de los consejeros de aquellos tiempos y de algunos que continúan en la actualidad.

¿Cómo ves hoy a la Cooperativa?

“A la Cooperativa la veo bien. A todos nos resulta tedioso o nos cae mal cuando un impuesto o un servicio público aumenta, pero la gente no toma dimensión del beneficio que fue para la ciudad de El Trébol la llegada y la implementación de los sistemas de agua potable. Siempre hablamos con Livio Lépore y con Alicia Céliz y recordamos de que hace muchos años, los meses de abril, mayo o junio, los primeros de la etapa escolar, eran los meses pico de las epidemias de hepatitis, que por suerte eran hepatitis A. Con el tiempo desaparecieron. La contaminación de los pozos que había en las perforaciones domiciliarias eran notables y había un montón de chicos y familias enteras que caían con hepatitis”, señaló el bioquímico.

“El primer año funcionamos en el edificio de la comuna y después, al poquito tiempo, había un señor de apellido Culasso que era dueño de la esquina, al lado de donde era la escribanía Cuesta. Ese local estaba en venta y ahí compró la Cooperativa, que es donde se provee el servicio de agua en bidones hoy. Unos diez años después, se compró el baldío de enfrente, donde se construyó el edificio actual”, agregó.

Para cerrar, expresó: “Quiero mandar un saludo a todos los consejeros actuales que hacen una tarea muy beneficiosa para la ciudad de El Trébol y un recuerdo para todos aquellos que ya no están”.