La ciudad de El Trébol amanece con noticias graves de una sociedad que, de enferma, ya no tiene compasión por nada ni nadie.
Su apellido es Villareal. Está enferma, delicada y vive en la humildad absoluta. Sufre neumonía, pero por una vieja dolencia, recibe diálisis. Su estado es muy reservado, grave, complicado.
Vive en una casa rudimentaria, rústica, con lo elemental, o menos. Pero los ladrones no tuvieron compasión.
Ella dejó su vivienda de Dorrego y Arturo Tibaldo para ir a recibir la diálisis y le robaron todo. Literalmente le desvalijaron la casa. Se llevaron lo poco que tenía. Frazadas, vajilla, garrafas, abrigos.
Al volver a su vivienda, encontró que fue despojada de todo. Un caso más, que además de lástima, causa indignación. Y pasa en El Trébol, la ciudad que uno sueña con vivir tranquilo.