Los malos olores transforman día a día la belleza de El Trébol en un lugar hostil para vivir. Porque el ciudadano no se acostumbra y el foráneo se asombra y se espanta.
Cuando el viento oeste sopla, el aire se transforma en nauseabundo. Si años atrás era insoportable, ahora es mucho peor.
La ciudadanía no debería “cómodamente acostumbrarse” a esto, que pasa bajo sus narices y se inserta como una esquirla en el olfato.
Al respecto, el Intendente Fernando Almada manifestó: “Nosotros tenemos una preocupación y una ocupación no desde ahora sino desde antes. Hay varios focos en los que venimos interviniendo pero hay temas que nos exceden”.
Almada adelantó que “llamamos a gente de la Secretaria de Medio Ambiente de Santa Fe. Ellos van a venir en estos días. Recorreremos los lugares y veremos las situaciones”.
Los sectores al este de la ciudad que producen estos olores pueden ser varios, aunque nadie se atreve a detectar definitivamente cuál es el que produce el aroma inaguantable que por momentos se vive.
Es difícil supones que sea la sumatoria de todos. Almada señaló: “Hay un probable feet lot, una empresa láctea y una laguna de desechos cloacales. Yo vivo en la zona este de la ciudad y también lo soporto. Ahora nos parece que hay una decisión superior que tiene que pasar por filtros provinciales por el tema de habilitaciones. No habrá una solución inmediata pero sí algo definitivo en su momento”.
