En el mes de septiembre, durante Fiesta de Arte, comenzó a erguirse en la ciudad el monumento al trabajar, a esas personas que con su esfuerzo posibilitan que el mundo funcione y no se detenga.
Esta idea surgió de los sindicatos quienes manifestaron la necesidad de homenajear al trabajador y a partir de ahí, se comenzó con el proyecto y hoy en día está en marcha. En este caso, como punto valioso y para resaltar, según se pudo averiguar sería el primer monumento en el país que homenajea a los hombres y mujeres de trabajo.
Algunos meses han pasado y la obra, que cuanta con varias etapas, se desarrolla a paso firme. En la última semana, los escultores Adriana Badi y Juan Carlos Mercurio, estuvieron en El Trébol finalizando las esculturas en mármol.
Y mientras los artistas fueron tallando las piedras, la comunidad se sumó acompañando con visitas. “Hay gente que vino y vio cómo iba la obra y se interesaron preguntando. Es muy lindo trabajar así, y al aire libre y que las personas puedan ver el proceso”, comentó Badi.
“Estamos tratando de terminar bien las esculturas porque esto es una cosa para siempre y es un compromiso hacer un monumento al trabajador. Esto tiene que quedar bien, no es como en un simposio que uno hace una escultura sin un proyecto previo y hace lo que va saliendo. Estamos trabajando a destajo, es un compromiso muy grande y hay que asumirlo”, explicó Mercurio sobre las tareas que realizan y la responsabilidad que han tomado.
El proyecto
Ambos escultores coincidieron en el valor del trabajador y en el gran significado que va a tener el monumento una vez finalizado.
“La idea del trébol es por la ciudad, es una cuestión determinante y después las escultura simboliza a un tipo de trabajador. Una es una mano con una masa, que representa la fuerza. Después, la pirámide que es como una fuente de poder del trabajador y luego, el mundo que está sostenido por el trabajador. Realmente es eso, el trabajador sostiene al mundo, sin la fuerza de estos quedaría todo sin nada, la naturaleza sola, porque todo lo hace el hombre”, esgrimió Juan Carlos sobre las piedras esculpidas.
