El pasado viernes 3 de junio se marchó en nuestra ciudad, al igual que en el resto del país, con el objetivo de concientizar sobre la lucha contra la violencia de género.
La marcha –con muy pocas luchadoras y defensoras de los derechos de las mujeres- se desarrolló por las calles del centro desde el Concejo Municipal al Centro Cultural Cervantes. En silenció y con un sentido respeto se marchó para que se visualice la problemática, por las que ya no están y por las que a diario sufren la violencia de los hombres.
Al llegar al Cervantes se pudieron apreciar dos muestras nacidas de actividades tales como el “día de la mujer trabajadora” y la “semana del parto respetado”, entregándose folletos alusivos.
Antes de emprender este recorrido, casi como una actividad paralela, en el Concejo Municipal se habló sobre la creación de una ordenanza que intenta hablar de la problemática. Además se presentó el grupo “Canto Coral El Trébol”.
Muchos hablan pero pocos hacen
Mucho se habla del tema, en las redes sociales o en la opinión pública, las voces son infinitas, pero a la hora de actuar y materializar esos dichos, la gran mayoría se lava las manos y desaparece.
Lo que debió ser una multitudinaria marcha, fue sólo el andar de unas pocas mujeres que realmente creen en la lucha contra la violencia de genero y ponen el pecho por todas.
Ni siquiera los concejales, quienes aprobaron una ordenanza –por cierto vacía de contenido- participaron de la marcha, como así tampoco otras autoridades. Algunos podrán decir que posteriormente había una importante reunión para la creación del concejo de discapacidad, pero superponer dos cuestiones tan importante, también hace a la cuestión.
Sería producctivo dejar de lado las políticas partidarias y que la comunidad entera se una en estos temas. Muchos aspiran a ser una sociedad de primer mundo pero cuando tienen que actuar como tales no lo hacen.
En la ciudad hay muchísimas especialistas y profesionales que pueden darle un abordaje realmente amplio y profundo a la violencia de género y su consecuencia más extrema, el femicidio.
Hay que mirar más allá para poder erradicar estas situciones que denigran y someten a la mujer.
