PREOCUPANTE: El centro tras cada madrugada de verano

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El Trébol es una ciudad dee costumbres. Y en los jóvenes esto también lo es.

Desde hace algunos años, en verano, se instaló la moda de «sentars een el cordón de la vereda» a pasar la noche y llegar a ver el sol de la madrugada.

Esto pasa casi todos los días, fundamentalmente de lunes a viernes.

La «moda» se ha hecho cada vez más fuerte. El «ritual» empieza llegando a la medianoche y no termina sino hasta casi las 6 de la mañana.

Se pueden ver autos con los bafles tronando, parlantes a batería con música transportada en pen drives y todo lo que pueda ser de ayuda para armar una pequeña fiesta.

Esto también va a compañado de bebidas de todo tipo y hasta se implementan choperas portátiles.

Pero el problema no es la diversión. Cada joven elige como divertirse de acurdo a su gusto y a su barra de amigos. El inconveniente se suscita cuando al amaneces, la gente que empieza a enfilar hacia sus trabajos, se encuentar con un panorama deplorable.

Vasos, descartables, papeles, botellas y deshechos de la noche anterior quedan sembrados en toda la calzada y la vereda.

Desde los locales comerciales, llegan las protestas por la suciedad. También, más desagradable, se pueden ver restos de orina que provocan mal olor.

El mpersonal municipal limpia rápidamente lo que queda de cada noche. El problema es la cuestión de educación o la ausencia de la misma. Hay cestos de basura cada 15 metros a lo largo de todo el Boulevard América. Sin embargo, los jóvenes tiran los desechos en el pavimento y en las veredas. Hacen caso omiso a las posibilidades que se les da de mantener la ciudad limpia.

Una ciudad que todos queremos, que todos admiramos y que nos cuesta mucho mantener.  Una ciudad como El Trébol, que para casi todos es el lugar soñado, aunque de madrugada, parezca una pesadilla.

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