Los archivos secretos que confirman que hubo torturas a soldados en Malvinas – La información fue desclasificada y será remitida a la Justicia. Los testimonios relatan congelamiento, desnutrición, estaqueamiento, enterramiento en fosas y otros castigos. La desclasificación de los archivos secretos de las fuerzas armadas sobre la guerra de Malvinas ratifica las graves violaciones a los derechos humanos que fueron cometidas contra los soldados argentinos por parte de sus superiores militares.
Además, revela un plan de la dictadura para ocultar estos delitos al regreso de las tropas al continente. Así surge del primer informe que se conoce 33 años después de la guerra y que fue entregado esta semana por el ministro de Defensa, Agustín Rossi, a la Comisión Nacional de Ex Combatientes.
Según revela el sitio Infojus, entre la documentación desclasificada, se encuentran las denominadas «actas de recepción» que debieron completar los soldados a su regreso al continente, al término de la guerra, donde se dejaba constancia del estado de salud y las condiciones con las que habían sido tratados en las islas.
Los documentos fueron analizados por un grupo de investigación dependiente de la Dirección Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario.
La mayoría de esos testimonios relatan que sufrieron pie de trinchera -congelamiento de los pies por la humedad y el frío del terreno-, desnutrición, casos de estaqueamiento, enterramiento en fosas y otros tipos de castigos físicos por haber dejado sus puestos para salir en busca de la comida que escaseaba entre los soldados.
La información desclasificada será remitida en los próximos días a la justicia federal de Río Grande, en Tierra del Fuego, donde tramita la causa por abusos sufridos por soldados durante el conflicto del Atlántico Sur, y también a la Procuración General de la Nación para el seguimiento del expediente.
Un documento secreto -firmado por el entonces comandante en jefe del Ejército, teniente general Cristino Nicolaides, el 30 de diciembre de 1982, seis meses después de terminada la guerra- revela un plan de la dictadura para ocultar esos delitos cometidos en las islas. En el texto -rotulado como «secreto» por el Ejército- Nicolaides dejó asentados los lineamientos para ocultar las torturas y vejámenes que aplicaron a los conscriptos, en una nota dirigida al comandante del V Cuerpo del Ejército.
«En los casos en que se acreditare alguna infracción las respectivas resoluciones no excederán el ámbito disciplinario, dentro de pautas de mesura, guardando la adecuada reserva», fue la orden escrita por Nicolaides, a fin de evitar filtraciones a la sociedad en un momento en que los dictadores procuraban conservar el poder tras la derrota en la guerra, según explica Infojus.
La clasificación de los archivos está dividida entre las tres fuerzas: Ejército, Armada y Fuerza Aérea; y de cada una de ellas se realiza una descripción general del fondo documental y el inventario de documentos, que posee valor para la historia, la investigación, la ciencia y la cultura del país. Entre ellos, están disponibles para la consulta informes de inteligencia y de agregados militares en otros países, fotografías, análisis de publicaciones de prensa, mensajes militares transmitiendo novedades de inteligencia en el país y en el exterior, y partes e informes con escuchas realizadas al tráfico radioeléctrico de las islas Malvinas y Chile.
Dos meses atrás, ex combatientes recurrieron a la CIDH ante la negativa de la Corte Suprema argentina de investigar torturas en Malvinas, luego de que el supremo tribunal argentino cerrara en febrero pasado una investigación sobre torturas y vejámenes durante la guerra del Atlántico Sur.
Los ex combatientes se presentaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por «negación de justicia» luego de que el máximo tribunal ratificara el fallo que declaró prescripta la causa por las torturas, vejámenes y abusos sufridos por los soldados durante la guerra de 1982.
La presentación fue realizada por el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (Cecim) de La Plata, que impulsó la investigación, ante la entidad dependiente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que vela por la protección de los derechos humanos en el continente.
Fuente: Clarin.com