Francisco calificó de «escándalo» e «injuria» la desigualdad entre hombres y mujeres – El Papa afrontó el tema de la crisis en el matrimonio ante una concurrida plaza San Pedro. Y denunció que «es un hecho que las personas que se casan son siempre menos». En una vibrante catequésis en la audiencia general en plaza San Pedro ante 30 mil fieles, en la que afrontó la crisis del matrimonio, calificó de «escándalo» e «injuria» la desigualdad entre hombres y mujeres, condenó la práctica de que las mujeres ganen menos aunque hagan el mismo trabajo y dijo que «es un hecho que las personas que se casan son siempre menos».
En un año que vivirá momentos dramáticos por las discrepancias que dividen a la Iglesia en temas de la familia entre conservadores y reformistas, que el Papa argentino afrontará en su viaje al encuentro mundial de las familias en Filadelfia y especialmente en el Sínodo Mundial de Obispos de octubre dedicado a la familia, Jorge Bergoglio viene dedicando desde hace varias audiencias generales su magisterio a las cuestiones del matrimonio.
«Hoy no parece fácil hablar del matrimonio como de una fiesta que se renueva en el tiempo, en las distintas estaciones de la entera vida de los cónyuges. Es un hecho que las personas que se casan son siempre menos. En muchos países aumenta, en cambio, el número de las separaciones mientras disminuye el numero de hijos. La dificultad de seguir juntos, sea como pareja, sea como familia, lleva a romper los víncuos con siempre mayor frecuencia y rapidez, y son precisamente los hijos los primeros que cargan con las consecuencias».
Con un lenguaje de vecindad y misericordia, sin lanzar anatemas a los pecadores sino comprendiendo las dificultades de las parejas, las familias, los jóvenes, en la sociedad contemporánea, Jorge Bergoglio explicó en medio de los aplausos y ovaciones de consenso por parte de la multitud que «se experimenta desde chicos que el matrimonio es un vínculo ‘a tiempo determinado’. En efecto, muchos jóvenes tienden a renunciar al proyecto mismo de un vínculo irrevocable de una familia duradera. Creo que tenemos que reflexionar con gran seriedad porque tantos jóvenes no ‘se la sienten’ para casarse».
«¿Porque los jóvenes no se casan? ¿Porqué con frecuencia prefieren una convivencia y tantas veces ‘a responsabilidad limitada’? ¿Por qué muchos entre los bautizados tienen poca confianza en el matrimonio y en la familia?».
Francisco señaló con un tono de voz reflexivo que «es importante tratar de comprender si queremos que los jóvenes puedan encontrar el justo camino a recorrer. ¿Por qué no tienen confianza en la familia?». Bergoglio alzó la voz al señalar que «las dificultades no son solo económicas». «Muchos creen que el cambio ocurrido en los últimos decenios haya sido puesto en marcha por la emancipación de la mujer. ¡Pero esto no es válido! ¡Es una injuria, una forma de machismo! El hombre quiere siempre dominar. Así hacemos la ‘brutta figura’ de Adan, que para justificarse por haber mordido la manzana respondió al Señor: Ella me la dió».
En el único grito de su catequésis, Bergoglio clamó: «¡Debemos defender a la mujer!». El cristianismo según el Papa no puede ser machista. El propio Evangelio «derrotó la cultura del repudio habitual, cuando un marido podía imponer el divorcio con motivos humillantes y pretextuosos». Estas palabras desataron nuevos aplausos y ovaciones de la gente reunida en San Pedro, que se hicieron más intensos cuando el Papa condenó que la mujer gane menos por hacer el mismo trabajo que el hobre»
El Papa argentino dijo que casi todos los hombres y mujeres querrían una seguridad afectiva estable, un matrimonio sólido y una familia feliz. La familia está en la cima en todos los índices de popularidad entre los jóvenes pero, por miedo a equivocarse, muchos no quieren ni siquiera pensar. Aunque son cristianos no piensan en el matrimonio sacramental, signo único e irrepetible de la alianza, que deviene testimonio de la fe».
«Quizás el miedo a fracasar es el más grande obstáculo para acoger la palabra de Cristo, que promete su gracia a la unión conyugal y la familia».
Bergoglio, reafirmó «la radical igualdad entre los cónyuges, que debe llevar a nuevos frutos». Añadió que la vía es la de la «reciprocidad entre el hombre y la mujer, la complementacion».
El pontífice, que habló sentado en un gran sillón blanco, dijo que «la virtud de la hospitalidad de las familias cristianas tiene hoy una importancias crucial, especialmente en las situciones de pobreza, degrado y violencia familiar».
Francisco concluyó destacando que «los cristianos, cuando se esposan ‘en el Señor’, son transformados en un signo eficaz del amor de Dios». «Los cristianos no se casan solo para sí mismos: lo hacen en el Señor en favor de toda la comunidad, de toda la sociedad».
Fuente: Clarin.com