– Este año la campaña triguera tendrá una particularidad clave: el cultivo se sembrará bajo las actuales reglas de juego y se cosechará y comercializará con otro gobierno. Este es uno de los aspectos que serán analizados en A Todo Trigo 2015, el congreso organizado por la Federación de Acopiadores que se realizará el 29 y 30 de abril en el Hotel Sheraton de Mar del Plata.
El trigo ha sido afectado por restricciones impuestas a su comercialización y por elevadas retenciones a las exportaciones, que en conjunto han derivado en una caída continua del volumen producido durante las últimas ocho campañas.
Un trabajo de Raúl Dente, asesor general de la Federación de Acopiadores, señala que entre las cosechas de los ciclos productivos 2006/07 a 2013/14 las medidas aplicadas por el Gobierno tuvieron un costo para los productores de 96 dólares por tonelada, lo que representa 9.600 millones de dólares menos de ingreso para el sector. El monto surge como consecuencia de la aplicación de Derechos de Exportación (DEX) por 6.600 millones de dólares y Restricciones Cuantitativas a las Exportaciones (REX) por aproximadamente 3.000 millones de dólares.
Según el estudio realizado por Dente, el 61% de ese monto fue transferido a sectores que no son los de menores ingresos, hubo filtraciones en la cadena, fue para exportadores de trigo y harina, y a los competidores externos. «Sólo el 39% significó recursos al fisco y transferencia a los pobres, solo en la medida que hayan podido comprar alimentos al precio oficial», señala Dente.
De esta forma, el trabajo indica que las transferencias al fisco nacional provienen de las retenciones ingresadas menos las compensaciones que pagó el Estado a los molinos (más de 1.000 millones de dólares). En las ocho campañas ingresaron al gobierno nacional 2.200 millones de dólares. Por otro lado, los consumidores pobres recibieron aproximadamente 1.500 millones de dólares, por la suma de los efectos de las DEX y REX en el precio del trigo suponiendo que todos los consumidores pobres tuvieron acceso al precio oficial de los alimentos derivados del precio de abastecimiento del trigo. «Este es un supuesto bastante irreal, pero su mantenimiento fortalece las conclusiones», explica Dente. El resto de las transferencias, 5.900 millones de dólares (61% del total), «entran en la categoría de despilfarro, tanto interno por el subsidio al consumo de los no pobres, como los subsidios a los exportadores de trigo y harina, y a los competidores externos por caída de nuestro precio FOB», enfatiza Dente.
El asesor de la Federación de Acopiadores concluye señalando que «nadie puede defender las medidas de intervención en el mercado de trigo, pues por cada dólar que se contribuye al fisco y, supuestamente, a los pobres, se filtran 1,6 dólares para subsidios no deseados, que llegan a ricos, exportadores y competidores».
Este es uno de los tantos temas de envergadura para el trigo y para toda la cadena agroindustrial que serán parte de A Todo Trigo 2015 y servirán como base para dirimir una futura política agropecuaria.