Francisco habló sobre la infancia robada

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«Con los chicos no se juega» – El Papa dijo que los niños abandonados son «una verguenza de la sociedad». Y agregó: «Cada niño abandonado, marginado, víctima de una cualquier forma de violencia es un grito que sube a Dios». Con tono indignado, Francisco habló hoy durante la audiencia general de un miércoles soleado, ante 25 mil fieles, de la «infancia robada». Dijo que «cada niño abandonado, marginado, víctima de una cualquier forma de violencia es un grito que sube a Dios». Los chicos abandonados, aseguró, son «una vergüenza para la sociedad» y hay una verdadera «Pasión de los niños».

«Con los chicos no se juega», destacó Jorge Bergoglio. «Tantos niños son desde el comienzo rechazados, abandonados, robados de su infancia y de su futuro. Algunos osan decir, casi para justificarse, que ha sido un error traerlos al mundo. Pero los chicos no son nunca un error».

«Su hambre -prosiguió el Papa argentino- no es un error, como no lo es tampoco su fragilidad, su abandono, con tantos chicos abandonados por las calles. Tampoco son errores su ignorancia o su incapacidad, con tantos niños que no saben lo que es una escuela». Bergoglio dijo que estos «son motivos para amarlos más, con mayor generosidad».

«Qué hacemos con las solemnes declaraciones de los derechos del hombre y de los derechos de los niños, si después castigamos a los chicos por los errores de los adultos».

«¡Por favor!, no descarguemos nuestras culpas sobre los chicos!». El Papa dijo que los que tienen el deber de gobernar, educar, o sea todos los adultos «somos responsables de los niños y de hacer lo que se pueda para cambiar esta situación».

«Me refiero a la pasión de los chicos. Cada niño marginado, abandonado, que vive por la calle mendigando y con todo otro género de expedientes, sin escuela, sin curas médicas, es un grito que sube a Dios y que acusa el sistema que nosotros los adultos hemos construido. Por desgracia estos chicos son víctimas de los delincuentes que los explotan para tráficos y comercios indignos, o adientrándolos a la guerra y la violencia».

También en los llamados países ricos «tantos niños viven dramas que les dejan pesados signos, a causa de la crisis de la familia, de los vacíos educativos y de condiciones de vida a veces deshumanas. En cada caso son infancias violadas en el cuerpo y en el alma. Pero ninguno de estos niños es olvidado por el padre que está en los cielos. ¡Ninguna de sus lágrimas se pierde! Como tampoco se pierde nuestra responsabilidad, la responsabilidad social de las personas, de cada uno de nosotros y de los países».

Como en todas las audiencias generales celebradas en la plaza San Pedro, Francisco la recorrió a bordo del papamóvil, saludando a los fieles, que le respondieron con mucho entusiasmo, antes que comenzara la audiencia.

Jorge Bergoglio dijo que el tema de la «infancia robada» era parte de su catequesis sobre la familia que aborda con su magisterio en los últimos tiempos. «Los niños son responsabilidad de todos, los padres no deberían sentirse solos en su tarea. La estabilidad social y la promoción de la familia, la ausencia de delincuencia y la posibilidad de un trabajo digno, contribuye sin dudas a asegurarles un hogar».

«Los niños son las primeras víctimas de las uniones inmaduras y de las separaciones irresponsables y también los que sufren de inestabilidad a causa de la crisis». Por ello ningún sacrificio que puedan hacer por ellos los adultos «será considerado demasiado costoso o demasiado grande, con tal de evitar que un niño piense que él es un error, que no vale nada, con tal de evitar ser abandonado».

Francisco concluyó destacando la «maternidad» de la Iglesia al servicio de los chicos y sus familias. «Es cierto que no somos perfectos y que cometemos muchos errores», pero a una sociedad que afronte la situación «mucho sería perdonado de sus innumerables errores».

Fuente: Clarin.com

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