– Una investigación realizada entre la Empresa Brasilera de Investigación Agropecuaria (Embrapa), el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos y la Universidad de Londres comprobó que semillas de soja genéticamente modificadas constituyen, hasta el momento, la biofábrica más eficiente y una opción viable para la producción a gran escala de cianovirina (una proteína extraída de algas) muy eficaz en el tratamiento del HIV.
La investigación, de acuerdo a un artículo publicado por la revista Chacra en su portal, que comenzó a desarrollarse en 2005, se basa en la introducción de la cianovirina, una proteína presente en algas que es capaz de impedir la multiplicación del virus del HIV en el cuerpo humano, en semillas de soja genéticamente modificadas para la producción a gran escala. El objetivo final es el desarrollo de un gel, capaz de eliminar el virus, para que las mujeres se coloquen en la vagina antes de tener relaciones sexuales.
Según uno de los investigadores de la Embrapa, se realizaron pruebas con otras biofábricas, como plantas de tabaco (N. tabacum y N. benthamiana), bacterias (E. coli) y leveduras (S. cerevisiae). Pero la única que demostró ser viable para la producción de la proteína de interés en grandes cantidades fue la soja transgénica. Además, presenta el beneficio de requerir un bajo costo de inversión.
Para dar una idea del enorme potencial, los investigadores aseguraron que una plantación en invernadero en una superficie menor a un campo de beisball (97,54 metros) es suficiente para producir la cianovirina suficiente para proteger a una mujer 365 días por año durante 90 años.
FABRICAS DE MEDICAMENTOS
Los efectos positivos de la cianovirina contra el HIV ya fueron comprobados de 2008, a partir de pruebas realizadas con monos por el instituto norteamericano. La capacidad natural de esa proteína, extraída del alga azul-verde (Nostoc ellipsosporum), de ligarse a azúcares impidiendo la multiplicación del virus ya es conocida por la comunidad científica mundial hace más de 15 años. Lo que faltaba era descubrir una forma eficiente y económica para producir la proteína a gran escala.
La utilización de plantas, animales y microorgansmos genéticamente modificados para la producción de medicamentos forma parte de una plataforma tecnológica con la que los científicos vienen trabajando desde la década de 1990. Las biofábricas son capaces de expresar moléculas de alto valor agregado con bajos costos y, por ello, son opciones viables para la producción de insumos, como medicamentos y fibras de interés de la industria, entre otros.
Además de eso, valorizan aún más el agronegocio, ya que permiten el agregado de valor a productos agropecuarios, como plantas, animales y microorganismos.
La facturación de la biotecnología en la industria farmacéutica mundial creció mucho en las últimas décadas, y hoy alcanza aproximadamente 10.000 millones de dólares al año. Los productos biotecnológicos están en franco crecimiento, y hoy representan cerca del 10% de los nuevos productos lanzados al mercado.
Las semillas genéticamente modificadas para este fin serán sembradas en condiciones controladas en invernaderos. El próximo paso será la producción de semillas de soja en gran escala para aislar la cianovirina e iniciar una fase de estudios pos-clínicos. Durante las próximas fases de desarrollo, los científicos contarán también con la colaboración de investigadores del Consejo de Investigación Científica e Industrial de Sudáfrica.
Acceso libre
Además de innovadora, la investigación tiene un fuerte componente humanitario. Aquellos países en desarrollo, con altos índices de infestación de HIV, como algunos de África, tendrán licencia de producción y uso interno, libre de pago de royalties. Ese continente continúa siendo el más afectado por esta enfermedad, con 1,1 millones de muertos en 2013, 1,5 millones de nuevas infecciones y 24,7 millones de africanos infectados. Sudáfrica y Nigeria encabezan la lista de los países más comprometidos.
En América Latina, con 1,6 millones de seropositivos en 2014 (60% de ellos hombres), el país más preocupante es Brasil, donde el índice de nuevos infectados subió 11% entre 2005 y 2013, tendencia contraria a los números del mundo, que presentan una disminución. En Asia, los países que presentan mayor contiminación con el virus son India e Indonesia, donde las infecciones aumentaron un 48% desde 2005