– En el primer mes de 2015 la faena bovina registrada en territorio argentino fue de 1,05 millones de cabezas, una cifra 2790 animales menos a la relevada en enero del año pasado. El mes pasado se sacrificaron 1770 hembras más y 4560 machos menos que en enero 2014. La participación de los vientres en el porcentaje de la faena fue de 45,6%, según publica valorsoja.com.
«La importancia relativa de la faena de hembras continuó ubicada en el borde superior de la banda crítica considerada necesaria para sostener el nivel de existencias (bovinas)», indicó el último informe mensual de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).
«Recordemos que entre 2007 y 2011 perdimos 12,3 millones de cabezas (alrededor de 20% del stock total), de las cuales hasta el momento recuperamos sólo 3,6 millones. Es decir: en el año que acaba de finalizar todavía contábamos con casi 9 millones de cabezas de ganado vacuno menos que en 2007», añadió.
La destrucción de la industria frigorífica exportadora argentina, además del daño generado en el mercado internacional, incrementó la dependencia de la ganadería a la evolución de la capacidad de consumo del trabajador argentino.
Con el nivel de inflación sideral vigente en la actualidad –39% anual según el no-intervenido IPC San Luis– la demanda interna de carne viene cayendo en línea con un empobrecimiento generalizado de la población. La contrapartida de ese fenómeno, en lo que respecta a la oferta, es un proceso de desinversión que se evidencia en una elevada faena de vacas (muchas de las cuales, en otras circunstancias, podrían seguir fabricando terneros para aumentar el stock de hacienda).