– Así lo señalan las primeras estimaciones oficiales y privadas. Advierten sobre la necesidad de aplicar más tecnología cuando bajen las aguas. El sudeste de la provincia de Buenos Aires tendría el 20% de la superficie de trigo comprometida por el agua. La misma situación se observa en la cuenca de Salado, en este caso la ganadería y lechería, también pasan su peor momento.
Puntualmente tiene que ver con los distritos de Lobería, Necochea, Balcarce, entre otros, donde los suelos se encuentran saturados por las lluvias que superaron en las últimas semana los 200mm, afectando las 800.000 hectáreas destinadas al trigo y la cebada, indicó el diario BAE.
La primera estimaciones de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, señalan una pérdida del 20% en una primera instancia, pero que puede aún ser mayor.
Se trata de campos que por su capacidad permiten rendimientos promedio de 3 toneladas por hectárea. Desde la Chacra Experimental Barrow del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), reconocieron que una parte de la cosecha ya se arruino, sin embargo aclararon que lo que quedo fuera del agua sigue su evolución. Y es que en este punto remarcaron que quizás el productor deberá optar por agregar más fertilizantes o por el contrario dejar que siga su proceso, con la consecuencia de tener al final de la campaña un baja en el rendimiento.
«Pero a la fecha es muy prematuro hablar de una caída, dado que todo se define en noviembre y para eso falta mucho», agregaron.
En la misma línea se ubicaron las fuentes consultadas del Ministerio de Agricultura, donde desestimaron pérdidas importantes y por el contrario manifestaron que eso no significaría una salida menor de permisos de exportación.
La situación produjo que muchas reservas forrajeras queden bajo el agua, impidiendo la alimentación de los animales en especial de los vacunos. Los que pudieron sacar la hacienda tuvieron la suerte de mandarlo al Mercado de Liniers, los que no, significara la mortandad de los mismos o enviarlos con menor peso. La merma se vio claramente ayer donde hubo una baja del 38% respecto de la semana pasada.
Esto generó un aumento en los valores con precios máximos para el novillo y el ternero de entre 23 y 22 pesos el kilo vivo, respectivamente. Por lo pronto habrá que esperar. Las enfermedades son el principal problema para el trigo, algo similar paso dos campañas atrás, sólo que esta vez sería peor.