– Analistas y datos oficiales indican que los productores de soja estarían reteniendo la mitad de la producción especulando con una posible devaluación, fenómeno que generó una capacidad ociosa industrial de 30 por ciento. De los 55 millones de toneladas de granos totales, hay más de 27 millones «guardados» en silobolsas y la especulación con la oleaginosa sin vender –que según algunos analistas responde a la espera de una posible devaluación– representa 10.000 millones de dólares que no ingresan al país.
El sector agroexportador se refirió al tema pidiendo que se agilice la venta ante el enorme perjuicio que causa este fenómeno de los especuladores.
Concretamente, los productores locales de soja mantienen retenida prácticamente la mitad de la producción de la campaña 2013/14 –cuyo volumen alcanzó el récord de 55 millones de toneladas –ya sea para el destino de exportación o para la molienda del grano por parte de la industria (en muchos casos se trata de los mismos actores), según coinciden fuentes públicas y privadas.
De acuerdo al cierre del viernes último en el mercado internacional de granos de Chicago, cuando los futuros de la soja cerraron en 398 dólares la tonelada, el remanente sin vender representa ingresos de divisas por cerca de 10.000 millones de dólares.
De acuerdo a los analistas, la especulación en torno de una posible devaluación que compense la tendencia a la baja que atraviesa la oleaginosa –y que no parecería revertirse en el corto plazo– es la principal causante.
Datos del Ministerio de Agricultura al 27 de agosto pasado –los últimos disponibles– informan que la venta de soja supera las 31 millones de toneladas (9,2 millones para la exportación y 21,8 millones para la industria, en este caso el último dato es al 20/08) sobre una cosecha total estimada en 55 millones de toneladas, pero que trepa a 57 o 58 millones de toneladas si se le agrega el remanente del ciclo anterior.
A la misma semana del año 2013 se llevaban vendidas 31,658 millones de toneladas, es decir, un volumen similar al operado durante este año, pero con un detalle no menor: el volumen producido supera en más de un 11% a la campaña 2012/13.
«La comparación semanal entre una campaña y otra da cuenta del «goteo» en que los productores están comercializando la soja 2013/14: entre el 20 y 27 de agosto pasado –siempre en base a datos oficiales– las ventas para embarque sumaron tan sólo 156.000 toneladas, lo que equivale al 0,28% de la cosecha, mientras que la misma semana, pero del año pasado, las ventas al sector exportador sumaban 257.000 toneladas, el 0,52% del total de esa cosecha».
«Tenemos una alta capacidad ociosa, no menor al 30%, como consecuencia, entre otras cuestiones, de que los productores están reteniendo el grano. Se podría estar exportando más, se podría estar industrializando más y no habría tanta capacidad ociosa como la que tenemos actualmente, que impacta en los costos fijos», indicó a Tiempo Argentino Andrés Alcaraz, gerente de Comunicación de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA).
El directivo precisó que «el año pasado la capacidad ociosa fue mayor, de alrededor del 40%, pero porque se trataba de una cosecha menor».
También en base a datos del Ministerio de Agricultura, la firma Kimei Cereales S.A., especializada en la comercialización de granos, señaló que el margen de la cosecha de soja que aún permanece sin vender equivale al 48,99% sobre una producción total estimada en 55 millones de toneladas.
El sector está conformado por 73 mil productores en todo el país, pero tan sólo el 6% (4380 productores) manejan el 54% de la cosecha.
Tal como lo señala el último informe de CIFRA, organismo ligado a la CTA, los exportadores de soja enfrentan el dilema de especular reteniendo el producto –y, así, presionar por una nueva devaluación– arriesgándose a enfrentar una caída significativa en el precio internacional de la soja en un contexto en el que las expectativas de su cotización no son favorables, dada la cosecha récord en Estados Unidos y la desaceleración del consumo de China.
«Este error ya lo cometieron en 2008, donde sus dirigentes privilegiaron el aspecto político sobre el económico», indicó el último informe de coyuntura.
Por su parte, el dirigente Carlos Garetto, presidente de Coninagro, negó que existan factores políticos detrás de la retención y atribuyó el menor ritmo al retraso que padeció la actual campaña debido a las condiciones climáticas.