– Tal como lo había anticipado El Enfiteuta el viernes, la resolución conjunta entre la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (Sagyp) se publicó este martes en el Boletín Oficial.
La norma alcanza por el momento la comercialización de cebada forrajera, girasol, maíz, soja, aceite de soja, sorgo y trigo. Y afecta a «todas las operaciones de compraventa» incluidas las del «disponible», «contado», «a término», «forwards», «a fijar precio» o de otras modalidades, incluyendo las denominadas «directas» como por ejemplo entre el productor y el exportador.
La regulación «establece dos cambios esenciales» para el esquema de la conformación de precios de mercado granario: la «obligatoriedad» de declarar los precios y la de informar «la calidad», destacó Javier Buján, presidente del centro de corredores de granos, en diálogo con El Enfiteuta.
Sucede que desde hace casi 40 años la conformación de precios se realiza mediante la información «voluntaria» de las operaciones que se estiman alcanzan al 60% del total de las compraventas. Ese sistema funcionó un poco mejor o un poco peor aunque siempre signado por los intereses comerciales de los eslabones más fuertes de la cadena.
Pero en «los últimos quince años, la realidad se desacopló totalmente» respecto de los llamados precios pizarra, orientativos para el productor y la cadena de comercialización granaria. Basta con remitirse a comunicados de las entidades de hace unos pocos años atrás para recordar sus quejas por la poca transparencia que inspiraban los precios, un reclamo que todavía sostienen aunque insólitamente se oponen la medida conocida el martes.
Evidentemente el sistema de información voluntaria «tuvo su oportunidad y no funcionó» precisó el corredor. Con la resolución publicada en el Boletín Oficial la certeza para la conformación de precios será absoluta porque cada operación deberá registrarse de manera compulsiva y sin dilaciones en el tiempo.
Una de las quejas que se oyeron desde los integrantes de la cadena fue la obligatoriedad de realizar las operaciones a través de un corredor, pero Buján aclara que si se quiere obviar esa participación basta con inscribirse en la CNV o en el Ruca (Registro Único de la Cadena Agroalimentaria).
Lo más llamativo del caso es la virulenta oposición que formularon las entidades de la Mesa de Enlace por la injerencia de la CNV en el nuevo sistema, cuando en realidad los productores son los menos perjudicados y los más favorecidos por la medida. No solamente en la conformación del precio sino por la calidad de la mercadería, algo que en la actualidad prácticamente está reservado al comprador.
«Ante tantas mentiras que poblaron la llamada década ganada es imposible a esta altura de los acontecimientos pretender creer que la intromisión de la CNV solo corresponde a una intención por mejorar la información de mercado», dijo CRA en un comunicado. En cambio, la entidad que preside Rubén Ferrero exigió que el control lo ejerciera el Ministerio de Agricultura, como si ambos organismos -la CNV y el MinAgri- formaran parte de gobiernos diferentes.
Según cálculos extraoficiales de la cartera agropecuaria nacional las transferencias de ingresos estimadas desde el sector primario (los productores) a los demás integrantes de la cadena, «no bajan de 3.000 millones de dólares» se aseguró a El Enfiteuta. Del dato se infiere que si los precios se transparentaran como se resolvió los productores podrían engrosar su renta en conjunto en valores similares.
Desde Agricultura remarcaron que fueron tomadas algunas de las sugerencias formuladas por la cadena comercial como la inclusión de la calidad del producto, y la no obligatoriedad de inscribirse en la CNV si el operador forma parte del Ruca los que «automáticamente» pasarán a integrar el nuevo sistema, como precisa la norma oficializada este martes.