Le ganó a Italia y pasó de ronda.

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Uruguay a octavos – Fue 1-0 con gol de Godín cuando los de Prandelli ya estaban con diez hombres por la expulsión de Marchisio. Era a suerte o verdad. De las tres cartas, solo le servía una. Y Uruguay la sacó y se llevó el premio mayor: derrotó 1 a 0 a Italia, en un partido correspondiente a la última fecha del grupo D de la Copa del Mundo que se disputó en el Estadio das Dunas de Natal, y así accedió a octavos de final, instancia en la que se cruzará con el ganador de la zona C (podría ser Colombia). Los europeos, por segundo Mundial consecutivo, se quedaron afuera en primera ronda.

Aun a sabiendas de que ganar era imperioso, el conjunto de Oscar Washington Tabárez optó por cederle el balón a la Azzurra, agruparse prolijamente en su campo y apostar a la velocidad de Luis Suárez y Edinson Cavani de contragolpe. Los italianos, lejos de lanzarse con todo al ataque, plantaron una línea de cinco defensores, un mediocampo con buen manejo de balón y el tándem Mario Balotelli-Ciro Immobile en la ofensiva.

Pese a la prolija circulación del equipo de Cesare Prandelli, con Andrea Pirlo como eje, y las trepadas constantes, aunque no siempre efectivas, de Matteo Darmian por la derecha y Mattia De Sciglio por la izquierda, la chance más peligrosa para romper el cero en el primer capítulo perteneció a la Celeste. A los 32 Suárez tiró una pared con Nicolás Lodeiro y fue a buscar la devolución al área, pero Gianluigi Buffon salió rápido y alcanzó a atorar al delantero de Liverpool. En esos 45 minutos iniciales, los europeos apenas dispusieron de un tiro libre de Pirlo que obligó a Fernando Muslera a despejar al córner.

En el complemento, Tabarez reorganizó el equipo, con una línea de tres en el fondo y más jugadores en el medio, para disputarle el manejo del juego a su rival. Para colmo, antes del primer cuarto de hora Italia se quedó con 10 por la expulsión de Claudio Marchisio, por una violenta plancha sobre Egidio Arévalo Ríos, y su repliegue en el campo se hizo mucho más marcado.

Así, el peligro se fue instalando en las proximidades del arco de Buffon. A los 13 Cristian Rodríguez combinó con Suárez y definió cruzado, pero su remate salió desviado. Y a los 20, Cavani trabó con Marco Parolo (quien había reemplazado al intrascendente Balotelli) y el balón le quedó a Suárez, que disparó con la cara externa del pie derecho y chocó contra la seguridad del guardavalla.

De todas maneras, el tiempo corría y el equipo de Prandelli, luchador y mañoso, se abroquelaba para sostener el punto que le daba el pasaje. En esa marea de fricciones debió haber sido expulsado Suárez, por morder en el hombro a Giorgio Chiellini. Hasta que a nueve minutos del cierre llegó el grito de desahogo para la Celeste: el capitán Diego Godín saltó más y mejor que tres defensores, conectó con la espalda un córner de Gastón Ramírez y batió a Buffon.

Entonces se quemaron los libros de Italia, que debió salir desesperado a buscar el gol que le diera el boleto a octavos, aunque ya sin herramientas para intentarlo más que con un tiro libre de Pirlo y con pelotazos a la carga, con Buffon parado como controdelantero. Uruguay resistió, con la solvencia característica en el fondo, y se quedó con ese premio que, tras su caída ante Costa Rica en la primera fecha, parecía una quimera.

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