– Si las lluvias dan un respiro, la situación comenzaría a normalizarse. Las zonas donde las precipitaciones fueron moderadas mantienen altas expectativas de rindes en soja y en maíces sembrados tardíamente. La región núcleo acumuló desde el jueves 6 de febrero lluvias de entre 60 y 160 mm. El impacto en los números totales de estos primeros doce días del mes son impresionantes: Ramallo se alza con un registro 497,4mm; Pergamino le sigue con 400 mm; Bigand alcanzó los 355 mm y los alrededores de Rosario fluctúan entre 170 y 270 mm. Estas localidades delimitan la zona con los mayores problemas de excesos hídricos. Habría pérdidas de superficie en los cultivos de soja y maíz; entre 3 y 5%. Pero para todo el corredor que va desde el centro-este de Córdoba y se extiende por el noreste bonaerense, centro y sur de Santa Fe y atraviesa toda la provincia de Entre Ríos, se estiman pérdidas en los sectores bajos.
En soja de primera, debieron suspenderse las aplicaciones de fungicidas preventivos e insecticidas que comenzaron la semana pasada debido a las inclemencias climáticas. Ante la falta de piso, algunos productores optan por realizarla de manera aérea lo que implica aumento de costos. Este escenario preocupa ya que es un momento (R4-R5) en que la soja requiere controles inmediatos para mantener su potencial. Si logran mantenerse a raya los problemas de enfermedades como septoria, mancha ojo de rana y bacteriosis se prevén rendimientos promedios de 38 a 43 q/ha.
Sorprende la recuperación de la oleaginosa de segunda en áreas donde las precipitaciones fueron relativamente moderadas. Puntualmente, en el centro y sur de Santa Fe superó en porte a la de primera. La excepción es la zona circundante a Villegas (Buenos Aires) con escasos a nulos aportes de agua.
En toda la zona núcleo el cereal de segunda y tardío exhibe condiciones que alcanzan la excelencia. Favorecido por las lluvias en su periodo de floración, auguran rindes al máximo de su potencial: 80 – 90 qq/ha. Pero la cantidad de días nublados limita la fotosíntesis y esto puede ser un factor condicionante.
En maíz de primera, lejos de perder humedad, se observan granos germinados, típico síntoma de condiciones de altísima humedad.