– A pocas semanas de comenzar una nueva campaña de soja y frente a las expectativas de continuar concentrando área a lo largo de toda la región agrícola, un informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires anticipó la superficie potencial que podría ocupar la oleaginosa y explicó las variables más relevantes que influyen sobre su decisión de siembra.
De esta manera, el informe destacó que «durante el inicio del nuevo ciclo 2013/14 el cultivo de soja mantiene un incremento potencial de superficie, que a la fecha equivale al 2,5 % por encima de la campaña previa (siembra 2012/13: 19,7 MHa). En consecuencia el área probable de siembra ascendería a 20.200.000 hectáreas, cifra que representaría un nuevo récord nacional de superficie destinada a este cultivo. Este incremento de área se explica en parte por la redistribución de superficie prevista en otros cultivos extensivos en nuestro país, en donde principalmente entran en juego variables tanto económicas/financieras como climáticas».
En tanto, señaló que «una menor área prevista de siembra para maíz con destino grano comercial liberaría lotes que podrían ser ocupados por soja de primera». Y agregó que «este hecho responde en gran medida a factores económicos (costos de implantación y precios de mercado)».
«Diferente es el caso para el girasol, si bien este cultivo también libera superficie, principalmente sobre el núcleo productivo del NEA (-140.000 Ha. vs campaña 12/13), estos recortes de área no necesariamente representan un incremento potencial en superficie de soja, debido a que ambos cultivos se complementan en esta región. Las provincias de Chaco y Santiago del Estero cuentan con la particularidad de sembrar soja de segunda a partir de diciembre y enero, sobre rastrojo de girasol», añadió la Bolsa.
Por otra parte, la entidad resaltó que «una mejor intención de siembra para el cultivo de algodón en la región NEA durante la presente campaña, podría acaparar la mayor parte de la superficie liberada por girasol y, en paralelo, también se esperan incrementos potenciales de área en los cultivos de maíz y sorgo granífero, los que ocuparían las hectáreas remanentes».
«En la región NOA, según relevamientos realizados durante los días previos al presente informe, los magros resultados obtenidos durante el ciclo 2012/13, como consecuencia del prolongado déficit hídrico estival, junto con la presencia en áreas puntuales de picudo negro en soja (Rhyssomatus subtilis), promueven una menor intención de siembra de soja de cara a esta nueva campaña. En consecuencia, los cuadros que no serán destinados a este último cultivo serían ocupados por poroto, chía e incluso maíz en sectores puntuales de la región», dijo la entidad.
Paralelamente, analizó las variaciones de área en cultivos de invierno y dedujo que «la caída interanual registrada en la siembra de cebada (-300.000 Ha. vs ciclo 12/13), sobre todo en la franja central de la región agrícola, tampoco promueve un incremento potencial sobre la superficie de soja. Esto se debe a que gran parte de los cuadros ocupada con el cereal de invierno eran posteriormente implantados con soja de segunda. Pese a ello, sí modifica la distribución entre fechas de siembra, al provocar una caída del área ocupada como de soja de segunda y al mismo tiempo un incremento en la superficie de soja de primera, y esta redistribución podría tener un impacto positivo sobre el potencial de rinde a cosecha».
«Hacia el extremo sur de la región agrícola, la caída relevada sobre la siembra de cebada fue parcialmente ocupada por trigo, y ello podría generar una leve reducción sobre el área de soja de segunda ocupación. Esto se debe a que usualmente el cultivo de cebada se cosecha de forma temprana y ello permite trasladar gran parte de la superficie hacia soja de segunda, pero en el caso del trigo, su recolección más tardía provoca que una parte importante de los cuadros no pueda ser posteriormente resembrada en años normales», expresó.
Por último, manifestó que «la recuperación de zonas anegadas durante la campaña previa libera hectáreas adicionales para su ocupación. Estamos hablando más precisamente de importantes extensiones de superficie sobre el centro y oeste de Buenos Aires, sectores del noreste de La Pampa, sudeste y este de Córdoba y regiones puntuales del centro y sudoeste de la provincia de Santa Fe. Estas áreas en conjunto suman poco más de 630.000 hectáreas agrícolas sobre un área total que supera el millón de hectáreas que no pudieron ser implantadas con cultivos de verano durante el ciclo previo, ya sea por los excesos hídricos que se produjeron durante el otoño e invierno, como así también durante la primavera e inicios del verano según la zona que se analice».
«En todas estas regiones la intensión de siembra relevada para el cultivo de soja marca una clara tendencia hacia la expansión de superficie y ello se explica en gran medida por sus menores costos de implantación, por contar con una comercialización más fluida y por su mayor estabilidad productiva», concluyó la Bolsa.