El 25% de los campos con trigo están en problemas

– Es fundamentalmente en el NOA y NEA, y también centro de Santa Fe y noroeste de Entre Ríos. En el sur hubo lluvias que mejoraron los cultivos. El área triguera de Argentina que se encuentra en condiciones de regulares a malas aumentó 2 puntos porcentuales desde nuestra anterior publicación, informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, con datos recolectados hasta este jueves 3 de octubre.

«Las regiones más comprometidas son el NOA y NEA, en donde la falta de humedad afectó al cultivo de trigo desde la siembra, tal es así que ambas regiones recortaron la superficie triguera respecto del ciclo previo. Puntualmente en el NEA, se espera una gran pérdida de área que rondaría entre el 30 y el 50%».

También están en problemas parte del centro de Santa Fe y noroeste de Entre Ríos que transitan la etapa crítica del cultivo en condiciones de estrés hídrico, y con la incidencia de heladas en las últimas semanas.

«A la fecha el 24 % de las 3.900.000 hectáreas del cereal se encuentran en estado regular a malo pudiéndose relevar pérdidas de rinde y de área, quedando superficie que no llegaría a cosecha», dijo la Bolsa.

Otra situación

En tanto, las lluvias acumuladas en Buenos Aires, sur de Entre Ríos y La Pampa son de suma importancia para mantener al cultivo de trigo con elevados potenciales de rendimiento a cosecha. Aunque en parte del Sudeste bonaerense, en localidades como Balcarce y Necochea, los registros acumulados fueron abundantes y el cultivo podría verse afectado por excesos hídricos.

La región del Sudoeste de Buenos Aires transita desde el fin de macollaje a inicio de encañazón en muy buenas condiciones gracias a lluvias que se vienen registrando. «De este modo podemos decir que el sur, centro y este de Buenos Aires siguen experimentando muy buenas condiciones y el área que se encuentra en buenas a muy buenas condiciones aumentó 5 puntos porcentuales, lo que nos permite calcular que el 55 % del área triguera nacional aún mantiene buenas expectativas de rendimiento a cosecha».

Finalmente y como venimos mencionando semanalmente, el centro del área agrícola nacional presenta escenarios muy heterogéneos, ya que hacia el margen oeste la falta de precipitaciones está afectando al cultivo, siendo un claro ejemplo la provincia de San Luis. Mientras que hacia el este las condiciones mejoran, gracias al efecto de las lluvias. No obstante toda esta región se ve demorada en su crecimiento debido a los bajos registros térmicos de los últimos meses.

Cebada

Lluvias registradas durante los últimos quince días e incluso durante la mañana de la presente publicación, mantienen en muy buena condición una superficie que equivale al 80 % del área nacional situada sobre el centro, sur y este de la región bonaerense.

Por otra parte, mismos frentes de tormenta también promovieron una importante recuperación hídrica en varios cuadros sobre extensas zonas de La Pampa y sobre el sector Oeste bonaerense, mejorando en estas regiones la condición del cultivo.

De esta forma, la mayor parte del área implantada a nivel nacional, estimada en 1.270.000 hectáreas para la campaña en curso, aún mantiene elevados potenciales de rinde. Pese a ello, regiones como los Núcleos Norte y Sur, Centro-Este de Entre Ríos y gran parte de Córdoba, presentan condiciones muy dispares y estrechamente relacionadas con las lluvias acumuladas desde la siembra. Sobre el margen oeste, los cuadros implantados en el Centro-Norte y Sur de Córdoba registraron lluvias durante la redacción de este informe, no obstante los milímetros acumulados eran escasos y no permiten revertir el déficit hídrico en lotes que transitan etapas críticas entre encañazón y espigazón en regular condición.

Según nuestro informe climático, la primera parte de las perspectivas a corto plazo comenzará con el ingreso de vientos desde el sector sur que provocarán riesgo de heladas sobre sur de la región agrícola. Posteriormente los vientos rotarán hacia el sector norte provocando precipitaciones de frente cálido, que se concentrarán sobre el extremo norte y el extremo sudoeste del área agrícola, postergando aún más el reabastecimiento sobre el margen oeste de la región.