Murió el criminal de guerra nazi más buscado del mundo – El húngaro László Csatáry tenía 98 años. Fue responsable de la matanza de 15.700 judíos. Murió en la cama de un hospital tras sufrir problemas intestinales y una neumonía, no en la cárcel tras pagar por sus crímenes. Porque el húngaro László Csatáry, fallecido el sábado a los 98 años, fue uno de los responsables de la deportación de 15.700 judíos húngaros y eslovacos a los campos de exterminio y el criminal nazi más buscado en las últimas décadas.
Csatáry, nacido en Mány, una pequeña localidad al este de Budapest, era oficial de la Policía Real húngara cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. En 1942, según informaciones de la Fiscalía húngara recogidas por la agencia EFE, fue trasladado a la ciudad de Kassa –la actual Kosice eslovaca y entonces en territorio húngaro–, donde «participó activamente» en la detención, concentración y deportación de miles de judíos húngaros a campos de exterminio como Auschwitz o Treblinka.
Las informaciones de la Fiscalía húngara hablan de un guardia especialmente cruel y violento, que agredía a los judíos, fueran hombres, ancianos, mujeres o niños, con una saña extrema. Al acabar la Segunda Guerra Mundial fue condenado a muerte en ausencia por un tribunal de Kosice, pero Csatáry ya se había dado a la fuga. Utilizando un falso pasaporte yugoslavo consiguió llegar a Canadá, donde vivió durante décadas en la provincia de Nueva Escocia y trabajó como marchante de arte. Incluso consiguió nacionalizarse en 1955. Canadá descubrió la mentira en 1997 y le retiró la nacionalidad alegando que la había conseguido con mentiras y documentos falsos, además de haber mentido sobre su pasado para esconder su colaboración con las autoridades nazis.
Csatáry volvió entonces a Hungría utilizando su verdadera identidad y se estableció en Budapest sin esconderse. Y a pesar de estar entre los nazis más buscados, las autoridades nunca lo molestaron. En abril del año pasado ya era el criminal nazi más buscado del mundo. Meses después, en junio de 2012, dos periodistas ingleses del diario The Sun descubrieron y fotografiaron a Csatáry en su domicilio de Budapest. El escándalo y la revelación de que semejante criminal vivía tranquilamente sus últimos años sin ser molestado, consiguieron al fin movilizar a las autoridades húngaras. La Fiscalía abrió un proceso judicial a la vez que ponía al Csatáry bajo arresto domiciliario. Eslovaquia también pidió su extradición.
El pasado mes de junio, 16 años después de que Csatáry volviera a Hungría, la Fiscalía húngara presentó formalmente los cargos criminales en su contra, que incluían crímenes contra la humanidad por actos de torturas y ejecuciones sumarias, así como por su participación en la deportación de más de 15.000 judíos. La Fiscalía explicó que entre el 15 y el 22 de abril de 1944, los soldados alemanes, con la ayuda de policías locales y gendarmes húngaros, procedieron a vaciar el gueto de Kosice y enviar a campos de exterminio a esos 15.700 judíos.
Se va así a la tumba tras burlar a la Justicia. Efraim Zuroff, director del Centro Simon Wiesenthal, dijo ayer en un comunicado que se sentía «profundamente desilusionado» porque Csatáry «se salvó de la justicia». Zuroff también apuntó a que las autoridades húngaras no estarían realmente comprometidas con juzgar los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial y que permitieron a un criminal nazi como Csatáry «vivir durante tan largo tiempo tranquilamente en la capital húngara».
Fuente: Clarin.com