Milagro – Fue a la altura de Carcaraña mientras intentaban llegar a Rosario. La pereja es de Carlos Pellegrini. El pasado 20 de julio, la pequeña Julieta Chiavassa nació en la autopista Rosario Córdoba kilómetro 340, a la altura de Carcarañá. En el auto y en plena madrugada, el matrimonio de Soledad y Fabricio Chiavassa tuvieron a su segunda hija de manera inesperada.
El sábado 20 de julio a la una de la madrugada, Soledad empezó con algunas contracciones esporádicas. No eran rítmicas ni tan fuertes. Así estuvo durante dos horas. Fabricio estaba festejando el día del amigo y Soledad dudaba si llamarlo. Pero cuando las contracciones se hicieron un poco más fuertes, lo llamó y llamó al Sanatorio Británico; no pudieron ubicar al médico, pero igual por indicación desde el Sanatorio, salieron rápidamente para Rosario.
Soledad relató: «ni bien salimos a la ruta, rompí bolsa. Y como el médico me había dicho que una vez que se rompía bolsa podían pasar como dos horas hasta tener a la beba, s8eguimos. Más o menos en Los Cardos ya empezaron a hacerse más seguidas las contracciones, ya era una cada cinco minutos, después no me daba tiempo a recuperarme. Bueno, llegamos a la autopista y más o menos a la altura de Cañada de Gómez, siento un dolor muy fuerte en la cintura, reclino el asiento, me saco el pantalón y la ropa interior».
Fabricio prosigue: «Yo le decía si quería entrar a Cañada de Gómez, estábamos con la duda de que hacer, pero a los cinco minutos Sole siente una contracción fuerte y a la siguiente, ya tenía la cabeza de la bebé afuera. Y el pujo siguiente ya salió completa. Ella la agarró, yo estaba medio shokeado, no sabía que tenía que hacer».
«Él me preguntaba si paraba o seguía, pero no podíamos parar porque estábamos en medio de la autopista a la madrugada. Eran las 5 y 15 de la mañana, tapé a Julieta con camperas y pusimos la calefacción bien fuerte, sentía que respiraba y la sacudí un poco para que llorara. Lloró y la dejé en contra mío» dijo Soledad.
«Yo estaba desesperado, paré, y cuando miro para adelante estaba el peaje. Ahí pregunté si había una ambulancia, no había nada, me mandaron para Carcarañá. Ahí no conocíamos, no sabíamos donde quedaba. Paramos en una estación de servicio, pregunté por el hospital, todo el mundo salió afuera… bueno llegamos al hospital, y una enfermera nos recibió, le dije que mi mujer tuvo una beba arriba del auto… salió corriendo y enseguida vinieron los médicos y otras enfermeras. Trajeron frazadas, cortaron el cordón umbilical, la bajaron a la nena y Sole se bajó caminando» reveló Fabricio.
«Cuando la atendieron a Julieta, terminé el alumbramiento. Ahí estuvimos tres horas. Y luego fuimos en ambulancia a Rosario al Británico», contó Sole.
Con mucha emoción, Soledad se quebró y describió su sensación en el momento del nacimiento de Julieta: «Yo me sentía como desamparada, estábamos solos en medio de la autopista, sentí mucho miedo. Pero me salió algo de adentro de tranquilizarme, de abrazarla, de agarrarla, de besarla y protegerla. Yo sentí que pasamos mucho tiempo en medio de la nada. Después todo el mundo nos decía porqué no se les ocurrió esto o lo otro, y en ese momento no se nos ocurrió nada. Nosotros salimos preparados para llegar a Rosario, salimos solos porque mi familia vino a cuidar a mi otro hijo Enzo. Hoy que sé cómo se dieron las cosas, hubiera hecho todo de otra manera, pero no nos imaginábamos que iba a nacer arriba del auto, en esa situación».
«Estábamos desesperados, por suerte las decisiones que tomamos en el momento y como vino el parto, salió todo bien, gracias a Dios», concluyó Fabricio.
Fuente: Portalpellegrinense.com.ar