– La retirada de grandes operadores agrícolas del mercado de arrendamientos está generando una sobreoferta de campos en alquiler. El resultado: los precios negociados se alejan cada vez más de las pretensiones iniciales de los propietarios. Cabe destacar que en la publicación el mes de julio, Nuestro Agro presentará un informe más profundo de la situación.
«En la zona de Pergamino, campos que el año pasado se pagaron 16 a 18 qq/ha de soja, este año se renegociaron con acuerdos a porcentaje con una base mínima asegurable de 10 qq/ha; en caso de superar determinados niveles de rindes, se aplican, según el caso, diferentes escalas de porcentajes con un máximo del 40% al 45%», comentó Lucas Santos, integrante del CREA Pergamino.
«Algunos propietarios quisieron cerrar acuerdos de manera temprana porque estaban al tanto de cómo venía la mano; otros no aceptaron, pero al buscar alternativas no consiguieron obtener el ingreso que pretendían», indicó en un artículo publicado por el Movimiento CREA (InfoCREA).
A diferencia de otros años, en los cuales el glifosato arreglaba cualquier desprolijidad, ahora los campos que salen «a remate» sucios no despiertan tanto interés entre la demanda debido a la propagación de malezas resistentes al herbicida (fundamentalmente la especie denominada «rama negra»).
«Los lotes de producción con presencia de malezas resistentes a glifosato, además de requerir un gasto adicional en herbicidas, terminan generando rindes menores a los presentes en campos limpios; por lo tanto, no vamos a estar tomando campos hasta cualquier fecha», mencionó Santos.
La mayor parte de los operadores que decidieron seguir en el negocio hicieron una clasificación de los campos alquilados el año pasado para identificar cuáles deberían ser abandonados o eventualmente renegociados en condiciones razonables.
«Un campo en el sur de Entre Ríos que el año pasado acordamos en 7,0 qq/ha de soja, este año lo renegociamos en 5,5 qq/ha con un rinde de hasta 24 qq/ha; todo lo que supere esa cifra se reparte en partes iguales con el propietario», senaló Santiago Carnero, integrante de los grupos CREA Larroque Gualeguay (Litoral Sur) y Guayacán (Chaco Santiagueño).
«Ese mismo esquema lo aplicamos en la zona oeste bonaerense, con un campo que el año pasado se pagó en 10 qq/ha, mientras que ahora quedó en 8,0 qq/ha con un rinde de hasta 26 qq/ha», añadió. En todos los casos, los acuerdos establecidos en qq/ha de soja se determinan a partir del valor de la Soja mayo 2014 del MATBA.
«En los campos que el año pasado alquilamos en Chaco (Charata) en qq/ha de soja, este año propusimos acuerdos a porcentaje. Mostramos todos los números a los propietarios para que entiendan la descapitalización que venimos registrando en la zona y los costos que debemos afrontar en la nueva campaña», explicó Carnero.
En los últimos meses las perspectivas del negocio agrícola 2013/14 fueron empeorando semana tras semana. Por ese motivo, la estrategia de «esperar para intentar conseguir un mejor acuerdo» fue contraproducente para la mayor parte de propietarios que decidieron instrumentarla.
«El enfriamiento de la demanda tuvo un impacto enorme en los precios. Un campo en la zona de influencia de Gral. Levalle (Córdoba), que el año pasado se pagó 12 qq/ha de soja, este año se logró renegociar a 9,0 qq/ha», comentó Pío Silveyra, operador del mercado de arrendamientos agrícolas.