Un argentino, contra una cepa letal de la roya

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– Sanidad en trigo. Jorge Dubcovsky logró una variedad resistente a Ug99. Mientras nuestro país padece la escasez de trigo en su territorio, en Estados Unidos un científico argentino ha realizado un importante desarrollo para frenar una plaga que jaquea a este cereal.

Jorge Dubcovsky es uno de los mayores expertos mundiales en la genética del trigo. Se recibió de biólogo en la Universidad de Buenos Aires, pero ahora trabaja en la Universidad de California Davis, en Estados Unidos.

Este investigador descubrió un gen que le confiere inmunidad al trigo contra las formas más virulentas de roya. El hallazgo fue publicado esta semana en la prestigiosa revista científica Science.

Esta enfermedad micótica puede devastar los cultivos del cereal que aporta el 20 por ciento de las calorías que consume el planeta.
Una serie de variedades de trigo resistentes a la roya desarrolladas a mediados del siglo XX contuvieron esta plaga.
Sin embargo, en 1999 fue detectado en Uganda una cepa de la roya, llamada Ug99, que ataca a cualquier variedad de trigo. Este letal parásito se ha extendido hasta Irán.

La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está preocupada de que este hongo pueda generar una epidemia global. Alrededor del 90 por ciento del trigo del mundo está indefenso frente a la roya Ug99.
«La roya no mata la planta, es un parásito obligado, no puede matar a su huésped. Reduce el rendimiento y la calidad pues utiliza nutrientes para su propio crecimiento y reproducción», explica Dubcovsky a La Voz del Campo .

«En tiempos de epidemia, en variedades susceptibles sin fungicida las pérdidas pueden superar el 50 por ciento. Las últimas epidemias fueron en la década de 1950 cuando produjeron daños multimillonarios. Después se controló con genes de resistencia, pero estos genes no son efectivos a la nueva raza Ug99», agrega el científico.

Gen resistente. Con técnicas de clonación, el investigador logró aislar un gen de una especie ancestral de trigo no cultivada que otorga resistencia a esta cepa de la roya. Luego logró insertar este gen en el trigo moderno.
«La incorporación del gen sería suficiente para conferir resistencia a la roya del tallo. No habría necesidad de agroquímicos. El gen puede ser incorporado por cruzamientos o por transgénicas», explica Dubcovsky.

Y agrega que la incorporación por cruzamiento con la especie ancestral llevaría dos o tres años más de desarrollo, pero el gen podría transferirse más rápido con técnicas de transgénesis. «Sin embargo, no hay mucha aceptación de los trigos transgénicos», aclara y después que no ha patentado su hallazgo por lo que está disponible para cualquiera que quiera utilizarlo.

A mediados de junio, la FAO pidió a los países del denominado «cinturón de trigo» que intensifiquen la prevención de la roya. Según esta organización los rendimientos podrían verse afectados en el norte de África, Oriente Medio y Asia meridional y occidental, que representan más del 30 por ciento de la producción mundial de trigo y casi 40 por ciento de la superficie total dedicada a este cereal.
Las lluvias abundantes son favorables para el trigo, pero también lo son para estos hongos. El método ideal para prevenir las royas es cultivar las variedades resistentes. Esto reduce al mínimo los riesgos de enfermedad.

En caso de epidemias repentinas, aplicar fungicida puede ayudar a mitigar los daños, pero sólo si la roya es tratada en una etapa temprana, señalan desde la FAO.

Sin embargo, alrededor del 90 por ciento del trigo del mundo está indefenso frente a la roya Ug99. Por el momento esta cepa sólo se ha detectado en África y Medio Oriente.

A diferencias de otras royas, que sólo afectan de manera parcial el rendimiento de las cosechas, el Ug99 puede afectar la totalidad de una cosecha. En Kenia una reciente epidemia de esta cepa destruyó el 80 por ciento de la cosecha.

El brote fue detectado en Uganda en 1999 y se ha diseminado a través de las tierras altas del Este de África. En enero de 2007, las esporas volaron hasta Yemen, y luego a Sudán e Irán.

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