Angeles: dos mujeres denunciaron que el portero era acosador – Una declaró que Jorge Mangeri le decía obscenidades a su empleada doméstica, quien trataba de evitarlo. El miércoles 12 de junio casi a la medianoche –cuando apenas habían pasado 36 horas de que el cuerpo de Angeles Rawson (16) apareciera entre la basura, en el CEAMSE de José León Suárez–, un mail llegó a la página de denuncias del Gobierno de la Ciudad: «Investiguen al portero del edificio de la chica», indicaba.
El correo electrónico estaba firmado por una mujer, vecina del barrio, que incluso aportó su celular. «Esta señora denunció que el portero del edificio de la calle Ravignani 2360 acosaba sexualmente a su empleada doméstica diciéndole obscenidades, y que por eso esta chica buscaba evitarlo. A esa altura de la investigación (el portero estaba lejos aún de ser sospechoso) el dato pasó de largo, pero ahora cobró importancia «, dijo a Clarín una fuente con acceso al expediente.
La denuncia fue derivada al Ministerio Público de la Ciudad, de donde se contactaron con la fiscal Paula Asaro, a cargo de la causa por el crimen de Angeles. El mail consta en la causa a cargo de Asaro y del juez Javier Ríos. El testimonio de la mujer ya fue pedido por el abogado Pablo Lanusse, quien representa al padre de Angeles (Franklin Rawson) como querellante.
En esta misma línea, ayer trascendió que una segunda mujer denunció que el portero le ofreció 100 pesos para tener sexo con ella en el sótano del edificio de Ravignani. Fuentes policiales y judiciales confirmaron que la denuncia fue radicada en comisaría el sábado 15 de junio pasado, poco después de que Mangeri quedara detenido por el homicidio de Angeles, y que su rostro fuera difundido por todos los canales de televisión cuando salía de la fiscalía.
En este caso, la denunciante dijo ser ejecutiva de ventas de una inmobiliaria que trabaja con departamentos de Palermo y Belgrano. «La mujer siempre camina por los barrios en búsqueda de propiedades, para dejar su tarjeta de la inmobiliaria, y por eso suele hablar con los encargados para averiguar si hay departamentos en venta», explicó una fuente de la investigación citada por la agencia Télam.
Cuando la mujer vio a Mangeri en la televisión llamó al 911 y así el sábado 15 (con Mangeri preso pocas horas antes) la Policía fue a su casa en el barrio de Caballito a tomarle declaración. Según ella, un día no determinado de hace dos años «se acercó al nombrado (por Mangeri), quien se hallaba barriendo la vereda, a quien le preguntó por una casa abandonada que había junto al edificio, entonces el portero le dijo: ‘¿Vamos al sótano? Tengo cien pesitos´, a lo cual ella le contestó que era un desubicado y se retiró».
La denuncia quedó radicada originalmente en el juzgado de instrucción de Guillermo Carvajal, pero pasó, por conexidad, a integrar el expediente por el asesinato de Angeles.
El abogado querellante Lanusse fue el lunes a Tribunales poco después de que se conociera que los peritos habían encontrado ADN de Jorge Mangeri debajo de la uña del dedo índice derecho de Angeles. Entonces pidió una serie de medidas entre las que se cuenta –además de la testimonial de la vecina que mandó el mail– una completa pericia psiquiátrica a Mangeri para determinar específicamente si tiene alguna patología sexual.
A los testimonios de estas dos mujeres se sumó el de un taxista que tampoco benefició la situación del portero, a quien –según expresó– también reconoció luego de verlo por televisión. El hombre dijo que la noche del lunes 10 de junio (día de la desaparición de Angeles) llevó a Mangeri desde una obra en construcción hasta el edificio de la calle Ravignani 2360. El taxista dijo que le llamó la atención lo nervioso que estaba el pasajero, y que hubiera tomado un taxi por apenas cinco cuadras. Siguiendo esta pista, la Policía allanó la madrugada de ayer dos obras en construcción ubicadas sobre la calle Soler al 5500, en busca de rastros.
Acorralado por su propio código genético y la frase ante la fiscal Asaro («Fui yo») ahora contra Mangeri se suman pruebas testimoniales que lo pintan diferente a la imagen de «bonachón» sobre la que basaba su estrategia la defensa. Sus abogados insistían ayer en sugerir «otro participante» en el hecho, cuya presunta actuación no detallaban.
Fuente: Clarin.com