Crece el temor a una erupción del Copahue – Sería por tres días más. Las probabilidades de erupción son del 90%. Los vecinos de Caviahue, expectantes. El Copahue está lleno de magma. El magma –una pasta caliente, color fuego– perfora la roca y asciende. Busca llegar a la superficie, transformarse en lava, desbordar y despedir ceniza, arena, piedra. En ese proceso está el volcán que tiene en vilo a los vecinos de Caviahue. La actividad de la montaña es permanente y la situación se agrava. Por los tremores, imperceptibles pero constantes, y porque la actividad no mermó, por aquí aseguran que la erupción es un hecho. Los evacuados, esos que dejaron a la villa turística hecha un fantasma, ya suponen que no partirán mañana hacia sus casas, que tendrán que esperar hasta que el cráter reaccione o a que confirmen que sus vidas no corren peligro.
El intendente de Caviahue, Oscar Mansegosa, confirmó hoy que el gobierno evalúa extenderla tres días más, lo que se informaría después del mediodía tras una nueva reunión con los vulcanólogos. En tanto, el ministro de Coordinación del Gabinete provincial, Gabriel Gastaminza, argumentó que «la situación» era «muy riesgosa» en las inmediaciones del volcán.
«Hay un 90% de probabilidades de que el volcán entre en erupción. Durante la mañana del martes se produjeron 200 movimientos sísmicos por hora y por la noche, subieron a 400 en el mismo lapso. Ese significa que el magna está subiendo. Hoy (por ayer) la situación es la misma. Esperamos el pulso final, el tremor que indique que la lava está en superficie», advirtió ayer Alberto Caselli, vulcanólogo y estudioso del Copahue, único especialista instalado en Caviahue, localidad que por primera vez en su historia fue desalojada por completo por temor a un desastre.
De cumplirse el pronóstico, quizás se precipite un estruendo y una pequeña sacudida. El magma tocará la laguna del cráter del Copahue y entonces asomará la pluma de cenizas. Luego, habrá que esperar hasta que termine el episodio, que puede durar horas o días. Pero ahora, en Caviahue, el volcán es una bestia a punto de despertarse, que se despereza de a ratos, con temblores. Arriba está la hoyada de aguas termales, las fumarolas y los respiraderos, ese lugar al que llaman «Las Maquinitas» por su sonido a constante ebullición. El volcán va preparando la garganta para fumar, se hace esperar. Y no se deja ver: desde ayer está oculto detrás de una nube.
Caviahue no desaparecerá debajo de la lava, no. De hecho, ese volcán jamás despidió materia. ¿Y si esta vez cambia de idea? «La lava se escurre lenta, a menos de 10 kilómetros por hora, y se encausaría en los valles de los ríos. No representa un problema», responde Andrés Folguera, geólogo. Lo peor que le puede pasar a la villa es un lahar. Lo explica Folguera: «La alta temperatura de la montaña derretiría los hielos y generaría aludes de barro y piedra. Un especie de ola rocosa. Es el principal riesgo».
Los vecinos siguen de cerca la actividad de «su» volcán. El alerta roja emitida por el gobierno provincial y que obligó a la evacuación vence hoy por la tarde. Pero mientras muchos pensaban volver a sus casas, tendrán que esperar. «Suponemos que no vamos a regresar al pueblo, por lo menos hasta dentro de una semana», se resigna Marita que se alojó con su hija y su marido en lo de su hermana Judith, en Loncopué. Extraña todo, porque hizo su casita hace menos de un año. «Ojalá que esto pase pronto», confía y se abraza a una mochila amarilla llena de ropa y documentos. Es lo único que se pudo llevar.
«Los tres días de evacuación son para esperar el informe de los científicos que monitorean al volcán. Volveremos cuando nos confirmen que vamos a estar seguros en la villa», explica Oscar Mansegosa, intendente de Caviahue, el mismo que anteayer, micrófono en mano y frente a su gente, anunció: «En tres o cuatro días volvemos para estrenar la temporada invernal. Nuestro amigo el volcán nos permitirá regresar». Por lo pronto, habilitó un anticipo del sueldo a los empleados municipales, tarea a la que se dedican la mayoría de los 538 evacuados.
Fuente: Clarin.com