Con gran emoción, Francisco asumió como Papa

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Histórico – Tras recibir el anillo del pescador y el palio de lana, realizó una homilía en la que llamó a no tener «miedo de la bondad» y destacó que «el verdadero poder» del Papa «es el servicio». Con la naturalidad y los gestos de sencillez que lo caracterizan, Francisco fue investido Papa de la iglesia católica en medio de una emotiva ceremonia. Visiblemente conmovido, el argentino Jorge Bergoglio recibió el anillo del pescador y el palio de lana, símbolos del poder pontificio, y dio comienzo así a una nueva era con promesa de cambio.

Tras la ceremonia de entronización, Francisco dio una homilía, en la que dijo que no hay que tener «miedo de la bondad» y destacó que «el verdadero poder» del Papa «es el servicio».

«Quisiera pedir por favor a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito político, social o económico, a todos los hombres de buena voluntad: seamos custodios de la creación, guardianes del otro, del medio ambiente», dijo el Papa, varias veces aplaudido. «No dejemos que los signos de destrucción y muerte acompañen el camino de este mundo nuestro». Y advirtió que «el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida».

Asimismo, pidió «custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón».

En la misa se celebró el día de la fiesta de San José, patrono de la Iglesia universal. La segunda lectura, tomada de la carta de San Pablo a los Romanos, se pronunció en la lengua madre de Francisco, el español. La primera lectura fue en inglés, el salmo cantado en italiano y el Evangelio, también cantado, en griego.

Más temprano, Francisco había recorrido la Plaza San Pedro a bordo de un papamóvil descapotable desde donde saludó a decenas de miles de fieles. Incluso, en una muestra más de su cercanía con la gente, pidió frenar la marcha del vehículo, se bajó y se acercó a bendecir a un enfermo.

Tras finalizar la recorrida en la Plaza, de aproximadamente media hora, inició una procesión junto a los patriarcas católicos de rito oriental y descendió adonde se encuentra la tumba de San Pedro. Allí se encontraban el anillo del pescador y el palio de lana, símbolos del poder pontificio. A diferencia de los anteriores pontífices, El Papa argentino eligió un anillo de plata dorada, en sintonía con su deseo de austeridad y sencillez. El palio de lana es una banda blanca con cinco cruces rojas, que simboliza la autoridad pastoral y el servicio al pueblo de Dios. Los arzobispos metropolitanos reciben el palio. Al Papa se lo dan como obispo de Roma.

El anillo y el palio fueron llevados a la plaza en procesión, cantando las letanías del Laudes Regiae a cargo del coro de la Capilla Sixtina y del Instituto de Música Sacra vaticano.

El decano del colegio de cardenales, Angelo Sodano, 85 años, puso en el dedo anular derecho de Jorge Bergoglio el anillo de pescador. El palio le fue colocado en torno al cuello por el cardenal protodiácono Jean-Louis Taurán.

Enseguida, seis cardenales, en nombre de los 207 que integran el Sacro Colegio, hicieron acto especial de obediencia al nuevo pontífice.

En la Plaza se encuentran representantes de 132 países y miembros de otras iglesias. En el lado derecho del sagrario de la basílica se ubican las delegaciones de los países. Allí se encuentra, en la primera fila, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.

En el lado izquierdo se ubican arzobispos y obispos no concelebrantes. Más allá las delegaciones de las otras religiones, junto con sacerdotes y seminaristas, en total unas 1.200 personas. Delante de la estatua de San Pedro tienen lugar el cuerpo diplomático y otras autoridades.

Fuente: Agencias

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