El adiós a Hugo Chávez: Una multitud vestida de rojo y doliente cubrió toda Caracas – Son tres días de homenajes. No se sabe dónde será sepultado. Tampoco cuándo se volverá a votar. La mujer oculta sus ojos con unos enormes anteojos y se escuda del sol despiadado de Caracas bajo un sombrerito rojo, azul y amarillo, pero no puede más y rompe a llorar. «Es una pesadilla», murmura. Un poco más allá, una chica de unos 15 años se aferra a un muñequito de Hugo Chávez con unas banderitas venezolanas y solloza sin parar. Estas pequeñas escenas se replican en todo Caracas, donde los ciudadanos comenzaron a despedirse del líder que marcó la política del país y la región por más de 14 años.
La capital es una enorme alfombra roja bañada en lágrimas y congoja. Millones de venezolanos colman las calles para acompañar a su comandante, que será enterrado mañana viernes en una ceremonia acunada por los presidentes de la región. Cristina Fernández de Kirchner, junto al uruguayo José Mujica, fueron los primeros en llegar a Venezuela para los funerales. Arribaron a las 7 de la mañana en el Tango 01 y llegaron junto al boliviano Evo Morales a la capilla ardiente, donde los restos de Chávez permanecerán para ser despedidos por un desfile de venezolanos. Anoche había un cruce de informaciones con respecto a la mandataria argentina. Se sostenía que permanecería aquí hasta mañana, pero otro rumor sugirió que regresaría hoy mismo a Buenos Aires sin explicarse los motivos.
Entre tanto en pocas horas llegará el resto de una extensa lista de personalidades. La delegación de primeros magistrados incluirá al peruano Ollanta Humala, el nicaragüense Daniel Ortega y el mexicano Enrique Peña Nieto entre otros.
La conmoción aún persiste en Venezuela: la gente no se imagina sin el líder omnipresente en sus vidas. El de ayer fue un día de luto, que se extenderá hasta el martes próximo y donde se añadieron medidas estrictas de seguridad: hay veda de alcohol, por temor a incidentes.
El cortejo que paralizó la ciudad y se extendió siete horas por las calles de la capital venezolana, comenzó al mediodía desde el Hospital Militar y al son del himno nacional. Allí, María Gabriela y Rosa Inés, dos de las hijas de Chávez, sus padres y ministros despidieron al mandatario antes de que el féretro, cubierto con la bandera venezolana, saliera a las calles. También estuvieron Hugo y Rosinés, los otros hijos, y también la madre del presidente fallecido, Elena Frías de Chávez. Todos participaron luego de una ceremonia privada que se realizó en la Academia Militar, cuando llegó el féretro.
Ayer no se sabía aún dónde será sepultado Chávez. Tampoco cuándo los venezolanos volverán a votar. El vicepresidente Nicolás Maduro apareció en el Boletín Oficial local firmando como «presidente encargado» al disponer los siete días de duelo. El título sorprendió porque en cualquier caso debería ser la Asamblea legislativa unicameral la que tendría que otorgarle ese título y ante la cual debería jurar el propio Maduro. Aqui hay una gran confusión y mucho barullo respecto a la aplicación de la Constitución chavista. La Carta Magna dice que Maduro no debería estar a cargo, sino su histórico rival interno, el ex militar Diosdado Cabello, titular del Parlamento. (ver página 5). En cualquier caso, la convocatoria a nuevos comicios debería realizarse en los próximos 30 días, y ese momento se indicaría cuándo, antes de tres meses como máximo, se vuelve a votar. Todos los límites jurídicos se han vuelto muy flexibles hoy en este país dolorido.
La gente en la calle, estaba, sin embargo, muy lejos del debate entre analistas y leguleyos sobre el destino de la república. La vigilia popular había comenzado en la puerta del Hospital con una multitud espontánea que crecía a medida que avanzaba el día. Un mar de camisetas rojas y gorritos con leyendas chavistas inundó la ciudad. La gente colapsó las avenidas por donde circuló el féretro. Se desplazaban en camiones colapsados de simpatizantes, motitos zigzagueantes y bicicletas que se atrevían a cualquier hueco. Como la ciudad, el país todo se quedó paralizado este día, la jornada posterior al anuncio de Maduro sobre la muerte del líder.
Pocos perdieron la oportunidad de despedirse del presidente. En el hotel Intercontinental Tamanaco, donde está alojada la delegación argentina, por ejemplo, advertían que su servicio de limpieza y otros menesteres estaba en problemas debido a esas ausencias inevitables. «La operatividad de nuestro hotel se verá afectada por la posible falta de personal y alguna otra contingencia de orden logístico», rezaba una nota en español y en inglés y rogaban comprensión ante la situación «excepcional».
Es que la gente está afuera, en la calle. «El dolor es grande, estamos con miedo y esto es una pesadilla», musita entre lágrimas Carmen García, una niñera que luce una remera roja con la leyenda «P’alante comandante». «Todavía no podemos asimilar la muerte del presidente, pero aquí estamos, para acompañarlo y profundizar la revolución, su legado», agrega mientras camina rumbo a la capilla ardiente.
Aniceto González se suma: «Vine a acompañar al presidente. Vine a compartir con él sus últimos momentos», dice el carpintero que luce una remera con una leyenda en la que se definía «orgullosamente chavista». Cuando se le pregunta si alguien podrá alguna vez reemplazar el liderazgo de Chávez, responde sin dudar: «En la lucha política sí, pero en el corazón no, como él no habrá ninguno».
Muchos lloraban, otros gritaban, otros cantaban y algunos preferían despedir a su líder en silencio. Con la caída del sol, el multitudinario cortejo llegó al edificio sede de la Academia Militar, donde esperaban los mandatarios y se instaló la capilla ardiente.
Cristina Fernández de Kirchner, siempre de luto, collar de perlas, consoló allí a las hijas de Chávez y más tarde, en el lobby del hotel, definió ante los periodistas al fallecido presidente venezolano como «un liberador de mentes» porque «creyó posible otra Venezuela». «El gran legado de Chávez es la inclusión social de los venezolanos», señaló.
En las calles de Caracas hoy no se habla de inflación, devaluación o desabastecimiento, algunos de los dramas actuales de esta Venezuela que en parte se agravaron por los rumores de que faltarían productos. La oposición se llamó a silencio respetuoso pero la batalla política comenzará en pocos días. Algunos tímidos, junto al cortejo, se atrevieron a ensalzar a Maduro, hoy presidente encargado y designado por el fallecido Chávez para relevarlo.
«Chavez vive, Maduro sigue», decía el lema y comentaban encuestas que le daban al ex canciller un 59 por ciento de los votos en el próximo llamado a las urnas, aun, insistimos, sin fecha prevista. «La agenda del país esta supeditada al duelo», aclaró la profesora de opinión pública de la Universidad Central de Venezuela, Mariana Bacalao, consultada por la agencia norteamericana AP. Es decir que no necesariamente habrá elecciones en un lapso inmediato.
Anoche, en la capilla ardiente miles de venezolanos desfilaban acongojados junto al féretro de Chávez. La despedida continuará hoy y mañana, el día de la ceremonia oficial. Aún se debate dónde será enterrado el presidente. El clamor chavista aquí es que descanse en el mausoleo del gran héroe nacional, Simón Bolivar.
Fuente: Clarin.com