Copa Libertadores 2013 – En Liniers, el local se impuso por 3-0 sobre los chilenos. El equipo de Gareca obtuvo su primer triunfo en el Grupo 4 tras haber debutado con una derrota en Ecuador. En una noche fresca y de lluvia permanente volvió Vélez. El campeón del fútbol argentino recuperó la memoria después de una siesta de dos partidos, retomó el buen nivel de la primera parte de la temporada, y volvió a ser ese equipo seguro y efectivo, frente a un rival chileno que desnudó sus limitaciones. Con el ímpetu que otorgan las victorias, ahora el equipo de Gareca se prepara para dos compromisos durísimos: el sábado con Lanús en el Sur y el martes con Peñarol en Montevideo.
En los primeros 10 minutos, Iquique se mostró como un equipo corto, mirando hacia adelante, intentando jugar, intentando llegar. Pero alcanzó con que Vélez se acomodara en el campo, jugara con la pelota al ras del piso, apareciera el talento de Federico Insúa para que terminen las insinuaciones de los chilenos. A partir de ahí fue todo de Vélez, con buen juego, a pesar de que la cancha rápida no permitía afirmarse mucho, con Domínguez empujando desde el fondo (Gareca prefirió ubicar a Fabián Cubero como primer marcador central en reemplazo de Tobio, expulsado en Ecuador ante Emelec), con Cerro convertido en un león en el medio, con las pinceladas y la categoría de Gago y, sobre todo, con el Pocho como conductor y eje del equipo, jugando y haciendo jugar. Fue justamente Insúa el que con un derechazo implacable puso tranquilidad en Liniers.
Hubo una buena combinación por derecha entre Bella y Peruzzi, el centro atrás no lo pudo conectar Rescaldani pero tras un doble rebote en dos defensores chilenos la pelota fue mansita a los pies de goleadores de Insúa. Iban 24 minutos y Vélez tenía el partido controlado.
El equipo de Gareca no se conformó con esa diferencia exigua. Y diez minutos después llegó la revancha para el pibe Rescaldani. Insúa manejó los tiempos, tocó corto con Bella, el volante lo vio al largo delantero, que recibió solo y definió de zurda. Pero claro, estaba demasiado sólo, en posición adelantada, que no fue advertida por el juez de línea.
El arranque del segundo tiempo fue un calco de la primera parte. Iquique salió decidido a buscar el descuento para intentar el milagro en el José Amalfitani. El ingreso de Leonardo Monje por Rodrigo Díaz le dio un poco más de profundidad. A los cuatro minutos tuvo una buena chance Misael Dávile pero el remate se fue desviado. Puso un poco en aprietos al local, que mostró algunos ajustes defensivos. Pero una vez que Vélez se adueñó de la pelota, siguió siendo el protagonista.
Antes del tiro libre de Gago que se transformó en el tercer gol, tuvo una nueva chance Rescaldani y el remate se fue apenas desviado, y también Sebastián Domínguez que no llegó a conectar un centro por el segundo palo del arquero (la tocaba y entraba). Iban 23 minutos, León le cometió una infracción a Rescaldani y del remate se encargó Gago. El volante de la Selección sacó uno de esos remates que parecen centros pero van al arco, la pelota se desvió apenas en el cabeza de Puch y venció la resistencia del arquero Naranjo. Gago lo festejó como propio y se lo dedicó al hijo que espera con Gisela Dulko.
Con el 3-0, Vélez mantuvo esa vocación ofensiva que lo caracteriza. Gareca oxigenó el equipo, ingresó primero el colombiano Jonathan Copete por Rescaldani, y el pibe Freire reemplazó al Pocho Insúa, la gran figura del partido. En esos minutos finales, Gago tomó las riendas del equipo y Vélez contó con nuevas chances. Pero Copete, como contra Emelec, no entró bien y quedó constantemente en posición adelantada. Tuvo una chance pero la pelota le quedó atrás en carrera hacia el arco.
Vélez se amigó con el triunfo. Lo necesitaba. En una semana tiene dos desafíos bravos. Mientras espera la recuperación definitiva de Facundo Ferreyra, su goleador, para volver a ser el de siempre.