El 10 de enero debe asumir su cuarto mandato consecutivo.

Ya analizan posponer la fecha de asunción de Hugo Chávez – El 10 de enero debe asumir su cuarto mandato consecutivo. Pero sigue hospitalizado en Cuba y con pronósticos que ayer Evo Morales definió como «muy preocupantes». Incógnita sobre la nueva fecha.
En su historia republicana, Venezuela no tiene antecedentes de que se haya cambiado la fecha de investidura de un presidente porque éste no estaba en condiciones físicas de asumir el mando en el momento que establece la Constitución. Hugo Chávez sería el primer caso y la postergación la deberá dictar el Tribunal Supremo de Justicia, el máximo tribunal del país que está bajo control del chavismo.

El presidente debería asumir su cuarto mandato consecutivo el próximo 10 de enero, pero nadie cree que eso vaya a ocurrir debido al complejo cuadro de salud que experimenta. El jefe de Estado fue operado ya cuatro veces en Cuba de un cáncer. Ayer, horas después de que el vice Nicolás Maduro afirmó que el mandatario es consciente de su situación, el presidente boliviano Evo Morales, aliado y amigo del bolivariano, caracterizó el estado de salud de Chávez como «muy preocupante» e incluso aludió a orar «para salvar su vida».

La posibilidad de posponer la fecha de la asunción como alternativa provisoria a esta crisis institucional se repite aquí desde hace días. Pero ayer, además, la difundió la agencia oficial de noticias de Brasil, el país más influyente de la región y cuya presidenta Dilma Rousseff mantiene un fluido contacto con las autoridades venezolanas. Según el informe, «aumenta la presión de los sectores que apoyan a Chávez para postergar la fecha de la toma de posesión y fijarla para el momento en que el presidente esté plenamente recuperado».

No es de extrañar que la Carta Magna, hecha a la medida del régimen bolivariano en 1999, también sufra algunas modificaciones o interpretaciones que permitan postergar la toma de posesión. El primero en impulsar el cambio de fecha ha sido el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, considerado uno de los hombres más poderosos del país después del propio Chávez. Cabello ya anticipó que no habrá nuevas elecciones inmediatas, dando a entender que no se tomará como permanente e indefectible la ausencia del jefe de Estado.

El legislador, un militar de la rama de ingeniería y dueño de una fortuna amasada en los años del régimen, alega por otra parte que el artículo 231 de la Constitución en su segundo párrafo dice que «si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo» pero no especifica «cuándo ni dónde». Dice que no se puede amarrar la voluntad del pueblo a una fecha determinada. Y para correrla a otro momento más conveniente apela al artículo 234: «las faltas temporales del Presidente serán suplidas por el Vicepresidente hasta por 90 días prorrogables por 90 días más». Es decir, de movida seis meses en las cuales no se debería hacer nada.

Al parecer, tanto a la oposición como al sector del oficialismo que representa Cabello le convienen que se aplace la investidura de Chávez y de ese modo evitar las consecuencias de una falta absoluta. Eso es porque, si así fuera, se activaría el artículo 233 de la Constitución y, en ese caso, debería asumir el presidente de la Asamblea Nacional, el propio Cabello, y organizar elecciones presidenciales en 30 días. Y mientras esté Chávez vivo y haya designado a su heredero que es Maduro, nadie es capaz de hablar del asunto.

La rivalidad entre las dos tendencias –la procubana de Maduro y la militar de Cabello– es el tema de sobremesa de los venezolanos y la comidilla de las redes sociales. Los dos sectores del chavismo se pelean los 5 puestos de la nueva directiva del parlamento nacional que será elegida este sábado 5.

La decisión –aún no resuelta por el Tribunal Supremo– de que se postergue la fecha de jura es bien vista por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien se ha mostrado preocupada por la salud de Chávez y sigue de cerca su tratamiento en Cuba. También la mandataria brasileña ha conversado con el vicepresidente Maduro –aún a cargo de la cancillería venezolana– para manifestar su preocupación y sus deseos de contribuir a garantizar la «estabilidad» en Venezuela evitando la ruptura del orden institucional en caso de que Chávez esté impedido de asumir su cuarto mandato.