Con escándalo, imponen el voto optativo desde los 16 – La oposición se retiró en pleno al recibir un feroz ataque de un dirigente de La Cámpora. Cuando faltaba poco para agotar la lista de oradores, la sesión en la que el kirchnerismo convirtió en ley el proyecto para habilitar el voto a partir de los 16 años se transformó en un escándalo. Un diputado de La Cámpora, Andrés Larroque, cargó en duros términos contra las fuerzas opositoras y en especial contra el Frente Amplio Progresista, al calificar de «narcosocialismo» al partido de Hermes Binner. A los gritos, toda la oposición, que se aprestaba a votar dividida el proyecto oficial, se retiró del recinto en masa. El oficialismo quedó con el quórum justo y apuró la sanción de la ley, que se aprobó con 131 votos a favor ( necesitaba 129 para cumplir con la mayoría absoluta que exige una reforma electoral), dos negativos y una abstención.
«He leído sobre socialismo científico, sobre socialismo utópico, pero nunca he escuchado hablar de narcosocialismo», lanzó Larroque en referencia al caso en el que están implicados altos jefes de la Policía de Santa Fe, bastión político de Binner. Allí estalló el escándalo. El referente de La Cámpora ya había cuestionado a Mauricio Macri ( «no le importa la gente», dijo) y a los radicales: «No pueden gobernar ni una calesita».
El ataque a los socialistas provocó la reacción de los diputados de ese espacio ( «¡No faltes el respeto» , le gritó Roy Cortina), que abandonaron el recinto seguidos por los radicales. Y luego se sumó el resto. Buena parte de ellos pensaban votar a favor: la mayoría de la UCR y el bloque de Claudio Lozano, integrante del FAP.
Era medianoche y los opositores descargaron su bronca en el Salón de los Pasos Perdidos. «Fue una actitud fascista «, le endilgó Ricardo Alfonsín a Larroque. «Es increíble, porque había consenso. Ese tipo es un genio, tiene futuro político.
¡Un pelotudo!
«, bramó Ricardo Gil Lavedra, jefe del bloque radical. «Fue el discuso de un chiquito autoritario, un mamarracho», le dedicó Federico Pinedo, del PRO. «El Gobierno que se financió en la campaña con la plata del narcotráfico quiere enlodar a los demás», lanzó Gerardo Milman, del GEN (otrea rama del FAP).
Hasta Felipe Solá, en los últimos tiempos más cercano al oficialismo y que también había adelantado su voto a favor, cuestionó en el recinto a Larroque. «Esto no es una asamblea universitaria, es el Congreso de la Nación», dijo antes de abandonar su banca. Hasta ese momento, la sesión había transitado por polémicas e intervenciones encendidas que no salían de su cauce. Y se esperaba una aprobación más amplia.
La ley se pondrá en práctica en las elecciones de 2013 e incorporará al padrón cerca de un millón y medio de jóvenes: habilitará el voto a cargos nacionales a «los argentinos nativos y por opción desde los 16 años y los argentinos naturalizados desde los 18 años». No habrá sanciones para los que no asistan, por lo que será optativo.
En las once horas de debate, y antes del escándalo, la oposición criticó al oficialismo y ligó la iniciativa a una especulación electoral, con la mira en las legislativas del año próximo. «Es un fraude preelectoral . El oficialismo quiere ir contra la Constitución, por la re-re», aseguró Pino Solanas. Y Elisa Carrió consideró un » disparate introducir a los niños en la adultez». «Esta reforma va en contra de todos los derechos y garantías de nuestros niños, niñas y adolescentes. Es una ley engañosa e hipócrita», planteó la macrista Laura Alonso.
» No es oportunismo ni demagogia . Es coherencia, sin importar quiénes vayan a ejercer ese derecho a votar o hacia quién se inclinen», había abierto el debate la oficialista Diana Conti, como miembro informante. Y el socialista K Jorge Rivas, en su primer discurso desde el ataque que lo dejó tetrapléjico, negó que fuera impulsado por una especulación electoral. «En caso de sumarse a todos los jóvenes de entre 16 y 18 años al padrón electoral, solo aumentaría el 3%», expresó mediante un sistema especial que utiliza para comunicarse.
