Gigantesca marcha en el cierre de campaña de Chávez en Caracas – Y, con un discurso moderado, defendió su gestión. «Aquí había hambre», dijo. Según sus voceros, suspendió un segundo acto. «Esta avalancha bolivariana, que viene recorriendo el país en los últimos días, tenemos que transformarla en una avalancha de votos , que no se nos quede ningún voto por fuera. Todo el mundo a votar el 7 de octubre por Chávez», gritó el presidente venezolano desde un escenario montado en la cabecera de la avenida Bolívar de Caracas. «Todos a levantarse temprano, así al mediodía la victoria de Chávez sea incuestionable», pidió ayer el hombre de 58 años que busca ser reelecto el domingo para completar 20 años de gobierno.
El cielo hacía rato que se había nublado en la capital venezolana. Una multitud vestida de rojo había copado las siete avenidas principales del centro. La mañana de calor agotador se había transformado en un mediodía gris. «Se viene el palo de agua», dijo a Clarín Raúl Ramón Reyes, uno de los seguidores que estaban ayer en la avenida Bolívar. Un aguacero tropical comenzó a caer al instante. La marcha militar de la batalla de Carabobo, como bautizó Chávez al operativo para triunfar el domingo, sonó por los parlantes que se habían instalado a lo largo de la concentración. Chávez apareció por detrás del escenario principal. Besó a su hija más chica. Tenía una campera liviana azul. Estaba empapada.
Desde el micrófono, Luis Vicente Rangel, ex vicepresidente, hablaba vestido con campera y gorra roja. «Aquí nadie está obligado», dijo en referencia a la acusación de la oposición sobre que habían obligado a los empleados públicos a ir. «Eso es el inmenso desprecio de la oligarquía por el pueblo. Pero el pueblo es chavista y hoy expresa su voluntad», dijo antes de presentar al principal orador.
«Y ahora y para siempre el candidato de la Patria, Hugo Chávez», gritó el locutor.
«Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó…», cantó Chávez y la gente siguió entonando el himno venezolano. Después siguió un discurso corto.
«Las circunstancias me obligan a ser breve» , explicó bajo la lluvia torrencial que no se detenía. Chávez, quizás cansado por los tres días de intensa campaña, no desplegó su clásico carisma . Se lo veía preocupado por la gente y por los más chicos que estaban en medio de una verdadera marea humana. «¡Viva la revolución!, ¡Viva la juventud! ¡Viva la lluvia…..llegó la avalancha bolivariana a Caracas y llegó con un palo de agua, compadre!», insistió Chávez después.
Justamente, la lluvia y «la enorme cantidad de gente» –como dijo un vocero– fueron los elementos que el gobierno usó luego para explicar que Chávez había debido suspender un segundo acto , y el discurso consiguiente con una caravana, junto al Palacio de Miraflores. Sin embargo, la explicación no sonó atinada y, al contrario, disparó un montón de especulaciones sobre el porqué de los levantamientos.
El líder venezolano –en el poder desde 1999– enfrenta el domingo una de sus elecciones más difíciles a lo largo de casi 14 años de gobierno. Del otro lado, la oposición tiene a un candidato único, Henrique Capriles, un gobernador que se presenta de centroizquierda y con una gestión en la que la eficiencia en programas sociales es su principal fuerte. La mayoría de las encuestas hasta hace diez días daba como ganador a Chávez, pero en la última semana la brecha entre ambos candidatos se achicó y el escenario de empate técnico es una posibilidad. Aunque desde el gobierno insisten en su victoria por el 70%.
«¿Quién es el candidato de los ricachones?», preguntó Chávez a la multitud. «¿Quién es el candidato del pueblo?» y él mismo contestó con un: «¡Gana Chávez el 7 de octubre!», festejado por todos.
Chávez ayer le habló casi en exclusiva a los jóvenes , protagonistas de esta presidencial y que pueden inclinar la balanza. De acuerdo con la organización Voto Joven, casi el 40% de los votantes son menores de 25 años. Eso representa más de 7.500.000 personas, de las cuales 1,8 millones votarán por primera vez. Un electorado que no vivió a Venezuela sin Chávez. El esfuerzo de estos últimos días del caudillo fue recordarles cómo era el país antes de que él accediera al poder.
«Hemos logrado, salvar la Patria en los últimos 10 años –dijo ayer bajo la lluvia–. Hemos echado la base del futuro. Venezuela era un país hambriento. ¡Hoy no hay más hambre en Venezuela!», aseguró. «Aquí había hambre, pobreza y miseria. En apenas 10 años hemos bajado la pobreza a la mitad. En los próximos seis años, la bajaremos a cero», prometió.
Después, Chávez enumeró los logros en salud y dijo que en su próximo gobierno no quedará una familia sin vivienda digna, uno de los grandes déficit de la «revolución bolivariana». Luego siguió con una autocrítica . «Yo sin duda he cometido errores. Pero acaso, ¿les he fallado a ustedes el 4 de febrero (cuando encabezó un fallido golpe de Estado contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez)? ¿Acaso les he fallado a ustedes en la cárcel? ¿O Chávez se vendió a la burguesía?», preguntó. «Los que quieran Patria vengan conmigo», llamó al cerrar el acto.