Se impuso por 2-1 en el Bernabéu con goles de Higuaín y Cristiano Ronaldo, y cortó una racha de siete partidos sin vencer como local en el clásico.

Real Madrid amargó al Barcelona y se quedó con la copa – Para la visita descontó Messi. «¡Por fin!», bramó José Mourinho con el pitido final de la segunda Supercopa de España. Su equipo, Real Madrid, venció a Barcelona por 2-1 en el Santiago Bernabéu, se quedó con el título y cortó una racha de siete partidos sin triunfos en el clásico como local.

Terminó sufriendo el Madrid ante el mejor equipo de fútbol ¿de la historia? Es que dejó pasar la chance de golear a su rival y si al Barsa lo dejás vivo…

Los primeros minutos fueron apabullantes para la visita. Real Madrid fue una máquina y estuvo certero para aprovechar los errores que cometió su rival. Como Angel Di María en la última pelota del partido de ida, en el Camp Nou, cuando lo apuró al arquero Víctor Valdés y selló el 2-3. En los primeros 20, Javier Mascherano, que cumplió 100 partidos con la camiseta del Barsa, falló un rechazo tras un pelotazo de Pepe. Gonzalo Higuaín se fue derechito al gol: definió de derecha, a ras del piso para convertir su tercer gol consecutivo en tres partidos como titular y poner el 1-0.

A los 18, llegó el 2-0. Otro pelotazo a espaldas de los centrales del Barcelona. Cristiano Ronaldo le gana a Piqué, se la lleva con un taco lleno de magia. Con tiempo y espacio, se acomodó en el área y sacó un derechazo que Valdés desvió pero no pudo evitar que se clavara en la red. Rapidito, ventaja de dos goles y un Barcelona desconcertado.

En ese momento parecía que el Real Madrid iba a golear a su rival. Lo tuvo Di María, también Cristiano Ronaldo, Higuaín dispuso de otro mano a mano que esta vez le tapó el arquero y a los 27 Adriano vio la roja. Un nuevo pelotazo que sobró a los defensores visitantes, otra vez Cristiano se escapaba y el lateral lo bajó: roja directa.

Con uno menos, Barcelona estaba perdido en el campo. Real Madrid lo desbordaba por todos lados y las balas picaban cerca del arco de Valdés. Pero Tito Vilanova mandó a la cancha a Montoya, rearmó la línea de cuatro en el fondo y aunque prescindió de Alexis Sánchez en la delantera le devolvió el orden a su equipo, que de a poquito se adueñó de la pelota.

En el último minuto de la primera mitad, Lionel Messi clavó un tiro libre perfecto contra el palo derecho de Iker Casillas y descontó para el Barsa que con un empate se quedaba con la copa. Pero en el complemento, el Madrid esperó para lastimar de contra y el Barsa casi nunca pudo entrar. Lo tuvo Pedro tras un gran pase de Mascherano, pero Casillas le ahogó el grito. Pudo ser de Montoya primero y de Jordi Alba después, los laterales que llegaban por sorpresa al área local. Pero la falta de precisión en la definición agotaba las chances del Barcelona.

Se fueron consumiendo los minutos y Real Madrid le dio forma a una victoria que se hizo desear. Parecía que el estigma volvía a aparecer cuando Higuaín estrelló en el poste una chanche inmejorable. Y sobre la hora, cuando Messi encaró de derecha hacia el medio y sacó el latigazo de zurda se pararon los corazones en el Bernabéu: la pelota se fue al lado del palo derecho de Casillas y el Madrid respiró hondo para poder gritar campeón.