La Pulga aportó su gol en el 3-2 del choque de ida.

El Barsa gritó por Messi y se amargó por Valdés – Un grosero error del arquero permitió el festejo de Di María que dejó abierta la serie. Barcelona pegó primero en la final de la Supercopa española, que enfrenta al ganador de la Liga y al campeón de la Copa del Rey de la pasada temporada. Fue 3-2 al Real Madrid en el Camp Nou, con un gol de Lionel Messi, de penal. Angel Di María anotó el descuento final para el Merengue, que será local en la revancha.

Con los dos equipos que más miradas atraen en el Mundo en cancha, lo que menos se puede esperar es un partido aburrido. Y hasta que llegó el primer gol, en el segundo tiempo, fue poco lo atractivo de este Barcelona-Real Madrid, el primero de la temporada. El comienzo del partido mostró una tendencia, pero pocas emociones.

Real Madrid salió algo más decidido, pero le duró muy poco la pelota en los pies al equipo de José Mourinho. Barcelona tomó muy rápido el dominio del encuentro y empezó a manejar el juego como acostumbra hacer, diferente a lo visto en los últimos clásicos, en los que se repartieron la posesión.

Los números no mentían con el correr de los minutos. Barcelona 76% de posesión, contra un 24% de su rival. Pero el resultado no se iba a mover en esa primera etapa, pese a dos chances que tuvo Messi, que no terminaron en gol porque el rosarino aún no había ajustado la mira.

En el segundo, la tendencia del inicio era similar a la de todo el primer tiempo. El local con la pelota en los pies y su rival esperando la chance de lastimar de contra o con alguna pelota parada. Fue así que llegó el primer desnivel. A los 9 minutos, el alemán Ozil envió en tiro de esquina al primer palo del arco de Víctor Valdés y Cristiano Ronaldo apareció delante de Sergio Busquets, para meter su cabeza y marcar el 1-0.

Sorpresivo, sí. Pero necesario para que el Barcelona reaccionara y fuera por el empate de manera muy rápida. De hecho, en la primera jugada, Javier Mascherano sacó un pase espléndido en profundidad para Pedro, que recibió a espaldas de Sergio Ramos y consiguió el empate. Sí, tan solo unos segundos después del golpe del Merengue, que ya quedaba casi sin efecto.

Ese gol iba a ser el de la motivación para el Barcelona. Iniesta y Xavi aceleraron su juego y aparecieron ante la intermitencia de Messi. Y fue al mediocampista que le dio el título a España en la final del Mundial, al que le cometieron una falta en el área a los 23 minutos, para que La Pulga, inmediatamente, convirtiera el 2-1 de penal. El rosarino, así rompía una racha de 432 minutos sin anotar ante su clásico rival, al que ya le hizo 14 tantos.

Haber dado vuelta el marcador no fue suficiente para el Barcelona. Iba a ir por más y la dupla de españoles que mejor se entiende con Messi se convertiría en responsable de un nuevo gol. A los 32, Iniesta apiló rivales camino al área del Madrid y abrió la pelota para Xavi, que mano a mano con Casillas, no dudó y marcó el 3-1. Parecía el golpe de efecto para casi liquidar una Supercopa que la semana que viene tendrá su revancha en el Bernabéu.

Pero el Madrid tendría un alivio antes del final del encuentro. Valdés, confiado en el fondo, no supo qué hacer ante un pase atrás a los 39 minutos y al querer eludir a Di María trastabilló y le dejó la pelota servida al ex Rosario Central para que definiera y dejara así la serie más abierta que nunca. En 7 días habrá un campeón.