XX Congreso de Aapresid – Durante la segunda jornada del XX Congreso de Aapresid que se realiza en el salón Metropolitano de Rosario, el especialista Gustavo Maddoni expuso sobre el efecto de altas temperaturas en la productividad del maíz. El primer enfoque que dio el conferencista apuntó a que la Argentina es un país con una capacidad gigante para generar alimentos como también de saldos exportables y que eso genera una ventaja superlativa ante otros países que
compiten con el nuestro, sobre todo porque hoy por hoy «el mundo es un gran demandante de alimentos» y Argentina es una gran fuente de cultivo de girasol y maíz.
Específicamente y adentrándose en la investigación que está llevando adelante, Gustavo Maddoni hizo hincapié en que se va a ir incrementando cada vez el valor de la temperatura media y eso puede provocar extremos de estrés térmico que «inevitablemente van a afectar a los cultivos de maíz, por lo tanto es importante analizar todos los factores climáticos que estén a nuestro alcance». El especialista también agregó que es importante «preocuparnos más por lo que está pasando ahora que por lo que puede pasar con los episodios de altas temperaturas en todas las zonas del país».
Entre los factores y objetivos que planteó el expositor, hay que tener en cuenta la producción de biomasa, el rendimiento y su calidad en híbridos de maíz. Por ese motivo, Maddoni con un nutrido grupo de especialistas y colaboradores, están realizando diversos experimentos en donde vienen trabajando poniendo a prueba a diferentes genotipos. El especialista mostró en los paneles varios gráficos entre los que se pudo observar las estrategias que cada productor, dependiendo de la zona en que se encuentre su lote, utiliza para sembrar en una época u otra y evitar de esa manera lo más posible el efecto que puede producir en determinado cultivo un golpe de calor.
Los resultados a los que abordó el grupo conducido por Maddoni, fueron que el impacto en episodios breves de golpes de calor, en distintos momentos del ciclo del área cultivada determinó una reducción similar de producción de biomasa. Los estudios realizados mostraron que si falta agua en etapas tempranas en ambos genotipos, la suspensión del riego repercute en la biomasa.
Paralelamente, el investigador señaló que la eficiencia de intercepción de radiación es fundamental en el crecimiento de la planta de maíz. «El estrés no sólo afecta la capacidad de capturar la radiación, sino también la eficiencia para transformarla en biomasa».
Por último, en lo que se refiere al rendimiento, Maddoni especificó que el efecto del momento de la planta el híbrido templado presentó un mayor índice de sensibilidad mostrando un claro corolario que la diferencia real se encuentra en el índice de cosecha.
Por lo tanto, la ocurrencia de los golpes de calor en distintos momentos afectaron la biomasa y en etapas tempranas no pudo atenuarse con el riego. Maddoni afirmó que «la reducción de la variabilidad del rendimiento individual de las plantas se traduce en un mayor rendimiento del lote».