El equipo de Falcioni festejó con todo en Brasil.

Una alegría a lo Boca – Sobre la hora, y cuando todo indicaba que habría penales, Silva marcó el gol para el 1-1 ante Fluminense que lo clasificó a semifinales. Una final anticipada en Río de Janeiro. Fluminense debía remontar ante Boca el 1-0 de la Bombonera. La serie abierta, cualquier resultado era posible. La única certeza era que iban a sufrir por la clasificación. Así fue: se jugó cada pelota como si fuera la última, se corrió hasta la asfixia y se metió en cada sector del campo de juego. Eso sí, se jugó poco. No abundaron los lujos, ni los toques; ni las jugadas de riesgo. En el último suspiro llegó el desahogo, un grito Pelado y Boca, después de dos años sin jugar la Copa, se volvió a meter en semifinales.

Boca salió a esperar a Fluminense, pero la intención no parecía ser refugiarse contra Orion, sino agazaparse en tres cuartos de cancha propia, intentar recuperar allí el balón y salir rápido con Rivero o Clemente; o habilitar a Silva y Cvitanich arriba, para que aguanten la pelota.

El plan de Falcioni funcionó correctamente durante el primer cuarto de hora. Casi no sufrió atrás (Schiavi cortó con lo justo a Rafael Moura a los 4), aunque tampoco generó arriba (a los 6 Román desvió su remate por encima del travesaño). Pero Erbes empezó a fallar, el lateral derecho Bruno le comió la espalda a Clemente y se asociaba bien con Rafael Sobis. Riquelme estaba bien tomado por Edinho, y Silva y Cvitanich perdían con los centrales Gum y Anderson.

A los 16, Erbes recuperó una pelota pero salió atolondrado y cometió falta. El árbitro chileno Osses cobró. Y Carleto, el lateral izquierdo que suplantó a Carlinhos (expulsado en la Bombonera) se hizo cargo del tiro libre. Intentó imitar a Roberto Carlos, pero su remate fue ordinario aunque contó con la fortuna de desviarse en Rivero y clavarse al lado del palo derecho de un Orion que llegó a volver pero no a poner la mano: gol, 1-0 y la serie ya estaba igualada.

Después del gol Boca mostró su peor cara. Desconcertado, le costaba recuperar la pelota y cuando lo hacía le costaba sostenerla durante más de 30 segundos. Estuvieron desconectados Silva y Cvitanich con el resto. Román no pudo adueñarse del balón y los centrales Schiavi e Insaurralde comenzaron a llegar tarde a los cruces a la espalda de un Erbes desorientado. Por eso el local contó con dos tiros libres más, en una posición cercana a la del gol de Carleto. Pero no lograron inquietar a Orion. El cierre del primer tiempo fue un alivio para Boca.

Intentó pararse unos metros más adelante Boca en el segundo tiempo. Aunque sin arriesgar. Es que Falcioni sabía que un gol más de Fluminense no le cambiaba la ecuación: Boca debía marcar un gol. Durante breves pasajes del partido, la visita empujó a su rival con centros desde los pies de Riquelme. Tres tiros de esquina al hilo, uno encontró la cabeza de Schiavi y pasó cerca.

Después, aguantó. Falcioni empezaba a mostrar las cartas que tenía bajo la manga y mandó a calentar a Pablo Mouche, Juan Sánchez Miño y Nico Blandi. Boca esperó, recuperó el aliento y dejó que Fluminense avance. Es cierto que Rafael Sobis pudo haber puesto el 2-0 tras tocar de derecha un centro desde la izquierda de Carleto, pero su definición no fue fina, y se fue lejos, por el segundo palo.

Los minutos corrían y Flu empezó a convencerse de que ir a los penales era una buena idea. Dejó de atacar y se paró de contra. Le cedió la pelota y el terreno a Boca, que también cambió la actitud. Ahora el plan de partido que habían pensado Falcioni y sus futbolistas quedaba claro: aguantar los primeros 20 e ir a buscar el gol de la clasificación al final. A los 21, Mouche entró por Cvitanich, y Boca se hizo cargo de ser el protagonista del partido.

Le costó llegar con claridad al arco rival. Casi no contó con jugadas de riesgo y Fluminense otra vez puso en problemas a Orion. La primera con un zurdazo de Thiago Neves que Orion devolvió con los brazos en el primer palo. La segunda después de mil y un rebotes en el área hasta que la pelota le quedó a Rafael Moura casi en el área chica. Definió mal, pero le alcanzó para superar a Orion. Schiavi la tiró al córner casi en la línea.

Sánchez Miño había ingresado por Erbes, y Erviti se había parado como cinco. Manejaba la pelota la visita, pero no llegaba hasta el arquero Cavalieri. Los minutos se consumían y Fluminense estaba decidido a ir a los penales, incluso el entrenador Abel Braga había puesto a Marcos Jr. en lugar de Sobis para la definición. Pero un minuto más tarde llegó el grito de gol. Silva descargó en la mitad de la cancha para Riquelme que la peinó para Mouche que se la devolvió de primera. Román la frenó con el pecho y sin que pique habilitó a Rivero que picó al vacío por derecha. El Burrito se metió en el área y quedó mano a mano con Cavalieri, sacó el derechazo cruzado. El arquero la desvió, dio en un palo, recorrió la línea y se metía, pero el arquero otra vez con un manotazo la sacó. Quedó viva la pelota en el área chica. Y Silva, que había iniciado la jugada, llegó a la carrera para tocar de derecha, explotar en un grito y sellar la clasificación de Boca a las semifinales de la Copa.