Boca retuvo la punta con una genial pirueta de Blandi en el final – Ganaba 1-0 con gol de Mouche, pero se lo dieron vuelta y estuvo cerca de perder. El empate se festejó como un triunfo. No hacía falta sufrir tanto. Lo parió el empate Boca en Rafaela. En un final para el infarto se llevó un 2-2 que le permite seguir en la punta, aunque ahora la comparta con Newell’s, tenga a Tigre a un punto y a Vélez a dos. En el sexto minuto de descuento, Nicolás Blandi tuvo que dibujar una chilena perfecta y hermosa para sellar la igualdad; un esfuerzo que hubiese sido innecesario si en el inicio del complemento hubiese acertado desde los doce pasos o si en el primer tiempo no hubiera fallado un penal en movimiento con el arquero vencido y la pelota picando. Pero unos cien minutos antes, la historia era diferente. Boca arribaba a Rafaela con los suplentes para jugarse la punta del Clausura. Julio César Falcioni dispuso cuidar a los titulares para la revancha del miércoles ante Unión Española, por los octavos de final de la Copa Libertadores (la ida fue 1-1). Y el equipo muletto de Boca es de primer nivel: el arquero fue el uruguayo Sosa, Roncaglia, Caruzzo -el capitán-, Sauro y Sánchez Miño formaron la defensa. Benavídez fue el cinco, Paredes, Pochi Chávez y Pol Fernández. Más Pablo Mouche y Blandi. La clave del partido pasó por los pies de Nico Blandi. Contó con cuatro jugadas claras de gol en el primer tiempo. Un cabezazo en el primer palo, otro centro que no pudo definir por el segundo palo. Gambeta al arquero Sara, definió y Fissore que le ahogó el grito en la línea. Y la última, la más clara: sólo ante el arquero con la pelota picando. Quiso romper el arco y le acertó al travesaño. Pero a los 30, cuando Boca jugaba decididamente de contragolpe, Blandi habilitó a Mouche con un pase fantástico a espaldas de Dutari. Y el zurdo definió con un remate seco al primer palo, que se levantó por el mal estado del campo de juego, desacomodó a Sara e instaló el 1-0. Ahora Boca estaba en ventaja, no sufría en el fondo y jugaba mejor. En el inicio del complemento, la visita tuvo la oportunidad de bajarle la persiana al partido. Tiro de esquina, cabezazo de Caruzzo, Dutari pone la mano y Carlos Maglio no duda en cobrar penal. Blandi toma carrera, anuncia el remate a media altura y levemente inclinado sobre la izquierda. Sara se arrojó sobre su derecha y tapó lo que hubiese sido el 2-0. Del tiro de esquina, Blandi lo tuvo de cabeza, pero otra vez lo amargó el arquero. La noche del delantero no podía ser peor. Después, Boca se quedó, se confió, se durmió. Y Atlético de Rafaela creció. Carrera empujaba por derecha, Alexis Castro se amigó con la pelota, Darío Gandín empezó a complicar a los centrales. Y a los 14, tras un tiro de esquina desde la derecha, Fontanini (el Puyol argentino) le ganó en el salto a Sauro y clavó el 1-1 con un frentazo de pique al suelo. Empezaba otro partido. Falcioni quiso ordenar al equipo. Sacó a Paredes y puso a Ruiz. Roncaglia pasó al lateral izquierdo. Sánchez Miño pasó a jugar como volante y Pol Fernández se corrió a la derecha. Boca quedó desconectado. Mouche por allá, Blandi por acá; Pochi sin la pelota. Y Rafaela a fuerza de choque se arrimaba contra Sosa, aunque sin generar peligro. Fue penal de Caruzzo por detener con la mano un cabezazo de Gandín. Pero Maglio no lo vio. Se iba el partido con el 1-1, Boca se conformaba y hasta pedía la hora cuando el local se preparaba para ejecutar un tiro libre desde la derecha a los 47 minutos. Llegó el centro, cabeceó Carignano y Ruiz estiró los dos brazos (como Cristo en la cruz) y cometió un penal que Maglio no pudo ignorar. Gandín acertó en la ejecución y gritó su séptimo gol, el máximo anotador del torneo. Por el penal, el árbitro, que había adicionado cuatro minutos, añadió dos más. Y en la última jugada, todo Boca fue a buscar el empate con un córner desde la derecha. Llegó el centro, la bajó Sauro y Blandi ensayó la pirueta heroica y armoniosa para el 2-2 final. No hacía falta sufrir tanto, Blandi.