Uruguay: Confirman que no todos los pacientes muertos eran enfermos terminales – Insistieron en que no actuaban coordinados entre ellos. El gobierno uruguayo confirmó hoy que no todos los muertos como consecuencia de las inyecciones letales que aplicaron a decenas de pacientes dos enfermeros de dos instituciones de salud de Montevideo eran enfermos terminales, al tiempo que manifestó su «consternación» por el caso que conmociona al país y anunció que busca crear un sistema para responder a los familiares de las víctimas.
Ariel Acevedo, un enfermero de 46 años que trabajaba en la Asociación Española, y Marcelo Pereira, de 40 años y del hospital público Maciel, fueron detenidos por la muerte de decenas de pacientes a los que les habrían aplicado inyecciones de aire y morfina. Aunque por sus propias declaraciones se calcula en decenas el número de víctimas, por el momento fueron formalmente procesados por 16 homicidios. También fue procesada una enfermera, acusada de encubrimiento. La causa está en manos del juez Rolando Vomero.
En conferencia de prensa dada a última hora de anoche, los ministros de Interior, Eduardo Bonomi, y Salud Pública, Jorge Venegas, manifestaron su consternación ante las trágicas dimensiones del caso, al que catalogaron como «muy doloroso», mientras que el Colegio de Enfermeras de Uruguay condenó públicamente los hechos y subrayó la vocación humanista de la profesión.
Bonomi relató que la investigación comenzó a partir «de una denuncia anónima» que «provenía del propio ambiente de salud», realizada el 2 de enero. También puntualizó que hasta el momento no se pudo precisar desde cuándo los enfermeros actuaban de esa manera e insistió en que «no se trata de hechos que hayan sido claramente coordinados», algo que ya había trascendido en el ámbito judicial.
Los detenidos «no tenían conocimiento entre sí, luego cada cual hacía lo que hacía por su lado», recalcó, aunque puntualizó que pese a que «no es claro que actuaran en conjunto, sí pudieron saber lo que hacían». Además, ratificó que no todos los enfermos asesinados eran pacientes terminales.
Por su parte Venegas pidió diferenciar entre «error médico» y «criminalidad», e informó que el Ministerio de Salud cuenta con un sistema de vigilancia interna para asegurarse de que los pacientes son correctamente tratados, homologado por la Organización Mundial de la Salud.
Los enfermeros procesados, de 49 y 36 años, y con una larga trayectoria laboral, cometieron los crímenes en la unidad cardiológica del Hospital Maciel y en la unidad de cuidados intensivos de la Asociación Española Primera de Socorros Mutuos.
Bonomi advirtió que el caso «no es sencillo» y que la investigación podría llevar «bastante tiempo». Consultado sobre las posibles denuncias contra las autoridades de Salud, Venegas dijo que su Ministerio trabaja en «crear un dispositivo» para «canalizar las preguntas y las respuestas que hay que darle a los familiares».