Caso Wanda: el ex baterista de Callejeros, cada vez más complicado – Los criminalistas Omar Silveyra y Luis María Díaz declararon ante el Tribunal Oral. Dos peritos complicaron hoy al ex baterista de Callejeros Eduardo Vásquez por la muerte de su esposa, Wanda Taddei, al asegurar que la botella de alcohol con la que la habría rociado para quemarla no pudo haber desaparecido «totalmente» por el fuego y que «la mecánica descrita» por el acusado «no coincide» con las heridas que presentaba la víctima.
Los criminalistas Omar Silveyra y Luis María Díaz declararon ante el Tribunal Oral en lo Criminal 20 en el juicio oral que se le sigue a Vásquez (35) por el delito de «homicidio agravado por el vínculo» y coincidieron en general con lo declarado el martes por otros forenses, pero se refirieron por primera vez a la botella.
«La botella (de alcohol, con la que se originaron las llamas que mataron a Wanda) no puede desaparecer por el fuego totalmente, cualquiera sea la temperatura que se hubiese levantado», dijo Silveyra, quien estuvo presente en la reconstrucción del hecho por parte de la querella.
Otro dato que introdujo el perito es que «la botella fue destapada en el trayecto de la mesa de computación hacia el futón porque en el piso estaban la tapa y el precinto», lo que contradice al músico, que dijo que el líquido se desparramó cuando ella se acercó con el envase para pegarle y ambos forcejearon.
Tras el suceso en el que Wanda resultó quemada, los policías que revisaron la casa no pudieron hallar el envase y la sospecha es que allegados al ex músico pudieron tirarla posiblemente para borrar huellas, pero la causa en la que se investigaba un posible encubrimiento se archivó.
Por su parte, el imputado dijo en el debate que tras llevar a su mujer al Hospital Santojanni, regresó a la vivienda del barrio porteño de Mataderos, donde ambos vivían, y tiró la botella en un cesto de basura, pero allí no se la halló.
Respecto del origen de las llamas, el perito Silveyra dijo: «Para que se pueda encender el alcohol, tiene que haber llama. A través de cigarrillo no es posible que se encienda». Y agregó que «se hizo un ensayo con alcohol y algodón en un plato. Sobre eso se fue acercando el cigarrillo encendido con pitadas hasta que tomó contacto y se apagó».
También, complicó a Vásquez al explicar que, de acuerdo a los peritajes realizados, «se determinó que la mecánica descrita por el imputado no coincide con las lesiones» de la víctima.
«El hecho tuvo que ser producido con la víctima sentada y fue rociada con alcohol de arriba hacia abajo y prendida con un encendedor», remarcó el criminalista, quien agregó que esta es «una posición inversa a la que dijo el imputado en la reconstrucción».
Respecto de las lesiones que presentaba la víctima, recordó que se encontraban en el costado del rostro, los senos, la parte inguinal, y en el muslo derecho. «La quemadura del futón era de una persona quemada en ese lugar», dijo.
Otro testigo fue el perito de la Policía Federal Luis María Díaz, quien fue a la casa pocas horas después del hecho, y confirmó que en el piso del comedor encontraron una tapa de plástico, un precinto y un encendedor, pero no hallaron ni la botella ni ninguna colilla de cigarrillo, elemento que según Vásquez originó el fuego tras una «pitada».
A su entender, «hubiera sido más factible que el fuego se iniciara con la llama del encendedor y no con la colilla» y explicó que al buscar antecedentes no hay casos como el que relata Vásquez, ni aún usando nafta, que tiene más vapores que el alcohol.
Por su parte, Laura Toledo, de la División Scopometría de la Policía Federal, dijo que realizó una prueba de laboratorio en la que concluyó que la botella de alcohol no se puede abrir sola al ser arrojada contra un objeto duro o una persona.
También refirió que el precinto del envase «presentaba en los hilitos de plástico un estiramiento» que es compatible con que haya sido abierto por «un hombre», aunque no descartó del todo que lo haya hecho una mujer.
El hecho que se juzga ocurrió en la madrugada del 10 de febrero de 2010 en la casa que el matrimonio compartía y por el cual la joven murió tras 11 días de agonía en el Hospital de Quemados.
(Télam)