La declaración de Susana Trimarco sacude a los funcionarios tucumanos – El gobernador José Alperovich había recibido a la madre de Marita Verón y a su hija, Micaela. Las denuncias formuladas el miércoles por Susana Trimarco contra funcionarios del ex gobernador Julio Miranda, en el juicio por la desaparición de su hija, provocaron una inmediata respuesta de las actuales autoridades, que salieron a marcar diferencias. Ya en vísperas del juicio, el gobernador José Alperovich había recibido a la madre de Marita Verón y a su hija, Micaela.
En el primer día de su declaración –que continuó ayer y terminaría el miércoles próximo–, Trimarco había acusado a la gestión de Miranda de haber «metido a la mafia de los Ale en la Casa de Gobierno», y apuntado en especial al ex subsecretario de Seguridad, Julio Díaz. En la audiencia de ayer, en la primera fila estaban el actual ministro de Seguridad, Mario López Herrera, y el jefe de la Regional Capital de la Policía de Tucumán, comisario Antonio Quinteros.
Quedaron sentados al lado de los dos abogados auxiliares de la querella y la acción civil, ayer ubicados fuera del espacio donde se sientan las partes, tal como lo había pedido el defensor Cergio Morfil. Sin embargo fue Morfil, apoderado de los hermanos Rivero, quien de entrada expresó su malestar, mientras María Jesús Rivero lloraba y Víctor la consolaba. La empresaria fue dueña de los remises Cinco Estrellas, junto con su ex pareja Rubén La Chancha Ale; a ambos y a Ángel El Mono Ale, Trimarco atribuye el secuestro de Marita y el no haberla encontrado.
«Mi clienta tiene una suerte de sensación de inseguridad», expresó Morfil, y pidió la suspensión de la audiencia «hasta que se pueda tranquilizar». «¿Qué pasa? ¿Vienen a controlarnos?», recalcó. El presidente del tribunal denegó el pedido, respondió que no se podía discriminar al público, y recordó a la acusada que podía retirarse si lo deseaba. Rivero dijo que no, y enseguida se recompuso.
Ayer, Trimarco dio más detalles de cómo Díaz y su hermano Amado, propietario de una agencia de seguridad, habían desviado la investigación de la pista de los prostíbulos riojanos, incluso a través de un empleado de esa agencia que había extorsionado al matrimonio Verón. «Lo denuncié, pero la Justicia no lo detuvo ni investigó –afirmó–. Libraron una orden de captura, y lo encontré yo por casualidad en La Rinconada». «Yo le estoy diciendo por qué Marita no aparece –agregó–: por complicidad del poder político, policial y judicial».
Desde que comenzó el juicio, el 8 de febrero, representantes de varias organizaciones sociales hicieron referencia a la veintena de burdeles visibles en la capital, a pesar de que están prohibidos por ley desde 1937. Con el mismo nombre sigue estando Derby, donde la acusada Daniela Milhein dijo el martes haber sido prostituida por Rubén Ale en 1988.
En los últimos días, la Policía apuntó sólo a las posibles víctimas menores de edad. En busca de una adolescente de 15 años desaparecida desde el 24 de enero en Tafí Viejo, en dos allanamientos en esa localidad vecina a la capital fueron liberadas 15 personas, de las que sólo dos eran adultas y sólo uno varón. En el procedimiento del sábado fueron rescatadas 5 adolescentes; en el del miércoles a la madrugada se liberó a dos chicas adultas y 6 adolescentes, entre ellos un varón; dos de las chicas, de 15 años, estaban con su bebé.
«No está claro si eran prostíbulos, o un lugar de reclutamiento; o si era un lugar de descanso y de allí las llevaban a otro local a ser prostituidas», comentó a Clarín Germán Díaz, abogado de la Fundación María de los Ángeles. Las víctimas habían comenzado a declarar ayer a la tarde, acompañadas por especialistas de la Oficina de Rescate y Acompañamiento a las Víctimas de Trata, del Ministerio de Justicia de la Nación.
La agitación política generó un lapsus en la señora Trimarco. Al contrarrestar la fama de jugador de su esposo, muerto en 2011, expresó: «No es un delito. Señores jueces, empresarios, funcionarios juegan al póker. Yo lo vi al ministro de Seguridad y Justicia de esta provincia, el doctor Piedrabuena, jugando al póker». Sonaron carcajadas: Alberto Piedrabuena es el presidente del tribunal.
En cuanto al ministro López Herrera y al comisario Quinteros, durante el cuarto intermedio se mostraron a mano de los numerosos medios que cubren el juicio. Cuando estaba por reanudarse la audiencia, el ministro susurró al jefe policial: «Ya hicimos acto de presencia», y se fueron.