Se recuperó de un flojo comienzo y se impuso con autoridad a Florian Mayer por 2-6, 6-0, 6-1 y 7-6, para dejar la serie 2-0 en Bamberg.

Nalbandian ganó y Alemania tambalea – Si no hay cambios de último momento, Chela y Schwank jugarán mañana el dobles. Después de la tormenta siempre llega la calma. Por eso tuvo que pasar David Nalbandian para darle a la Argentina el segundo punto de la serie contra Alemania, que la deja perfilada de la mejor manera para el dobles de este sábado. Tras perder el primer set, el cordobés se recuperó y se llevó el partido por 2-6, 6-0, 6-1 y 7-6 (5), en un duelo durísimo y apretadísimo en el final.

No fue el arranque que él ni el equipo argentino de Copa Davis deseaban pero así se dio. El primer set entre David Nalbandian y Florian Mayer quedó en manos del alemán, que fue pura contundencia y supo aprovechar los errores del cordobés para sacar la ventaja y llevarse el primero por un claro 6-2.

Desde el inicio, Mayer marcó las diferencias. Quebró en su primera chance y mantuvo al argentino sin poder ganar un game con sus dos primeros servicios. Así se mantuvo 4-0, una ventaja que fue clave para quedarse con el set. Visiblemente molesto por el pique bajo de la pelota en una superficie de polvo de ladrillo no convencional, y por la que ya había mostrado su enojo, Nalbandian recién mostró algunos destellos de su juego en los quinto y séptimo games, en los únicos en los que cosechó los puntos. Esa remontada final no bastó y con un 40-0 y un ace como broche de oro, Mayer se llevó el set inicial por un contundente 6-2, cuando pocos eran los que lo imaginaban.

La actitud y el juego del cordobés siguieron esa mejoría que habían mostrado en el final del primer set. Esta vez, el gran arranque fue para el hombre de Unquillo, que aseguró con sus dos primeros servicios y quebró el del alemán, en lo que fue -hasta el momento- el mejor punto de la serie. Tras una combinación larga y desgastante una pelota cruzada de David en la red, con mucho esfuerzo, terminó en el merecido quiebre para el cordobés.

La escalada no se acabó en el tercer game. Otra vez, y pese a que por momentos se le complicó cerrarlo, Nalbandian volvió a quebrar. Fue tras una volea perfecta en la red, luego de que el game, que estaba 15-40 a su favor, pasara a quedar a un punto de Mayer, luego de que al cordobés le cobraran hindrance por un grito de «dale» antes de tiempo. Afortunadamente para el argentino, todo terminó en el quiebre y el 4-0 en el segundo set. La mejoría del cordobés, y el inexplicable cambio de rumbo en el dominio del partido, siguió para cerrar el segundo set con un implacable 6-0.

Nalbandian no aflojaba ni iba a aflojar. Después de un arranque parejo (1-1), el cordobés volvió a ser un torbellino para arrasar en los games siguientes sin dejar que el alemán sumara un solo punto más. Con contundencia, buen juego y variedad de golpes, el as de espadas de esta serie ganó el segundo set 6-1 para quedar a apenas un paso.

Cuando cuarto set se perfilaba como sólo un camino hacia el segundo punto de la serie, Mayer despertó como una fiera y consiguió un quiebre y tres games seguidos para ponerse 3-0. Pero, entonces, el león herido pasó a ser Nalbandian. Después de estar 1-4, el cordobés sumó tres games seguidos para igualar 4-4 el trámite, en lo que -ya se suponía- iba a ser un final cerradísimo y, al mismo tiempo, apasionante.

Después de cuatro games sin que ninguno pudiera quebrarse, la definición se estiró al tie break. Allí, Nalbandian demostró que no todo es juego en el tenis y que mucho pesa la mentalidad de los jugadores. Con una contundencia asombrosa, se puso 6-1 pero el cierre tardó en llegar. Mayer se agrandó y sumó cuatro puntos seguidos para acercarse, ya con su servicio, a un peligroso 5-6. Sin embargo, David no falló, jugó a la paralela y encontró, entonces, el punto que le hacía falta para quedarse con el partido y el segundo punto de la serie contra Alemania. Este sábado, la esperanza argentina se trasladará al dobles.